La necesidad de expiar las culpas, los pecados o, simplemente, de hablar con el dios en el que uno cree puede surgir en cualquier momento en la vida de un creyente. La voluntad de los autoridades por satisfacer esta necesidad de algunos de sus ciudadanos se materializa, en ocasiones, en la construcción o reserva de determinados espacios destinados al rezo y la oración dentro de edificios públicos como aeropuertos, hospitales o universidades. Pero, a veces, no resulta sencillo.
Porque ¿cómo lograr que un mismo emplazamiento pueda ser considerado como lugar de culto tanto por un musulmán, un cristiano o un budista?
Es uno de los aspectos en los que tratan de ahondar los equipos de investigación de la universidades de Manchester y Liverpool que trabajan en el estudio Multi-Faith Spaces—Symptoms and Agents of Religious and Social Change.
Uno de los proyectos que forma parte de la investigación es Gebetomat, del artista alemán Oliver Sturn.
Lo que en su día fue un fotomatón, ha sido reconvertido por Sturn es una cabina destinada al rezo. Para ello, Genetomat dispone en su interior de una pantalla táctil desde la que, después de insertar una moneda, el creyente puede elegir entre más de 300 oraciones correspondientes a diversas religiones y disponibles en más de 65 idiomas.
Según DesignTaxi, entre ellas es posible encontrar el Padre Nuestro en diversas lenguas, bendiciones budistas y musulmanes, canciones devocionales aborígenes o cantos judíos.