Hace unos meses, el escritor y periodista Jorge Corrales publicaba un hilo de Twitter en el que trataba de encontrar las claves que explican el éxito de El pollo Pepe, el cuento infantil más vendido en España. Como padre damnificado por las innumerables lecturas del libro (afirma haberlo leído hasta mil veces), Corrales arremetía contra aquellos que tachaban a la historia de «chorrada», pese a confesar que él mismo lo había catalogado de tal forma años atrás.
Ahora, en cambio, se postraba ante una narración a la que llega a considerar como una «obra de orfebrería» por la genial combinación de recursos utilizados para enganchar a los minilectores. La elección de la premisa perfecta para mantener la atención de los más pequeños, el uso de la repetición, el efecto WOW de los pop up y, sobre todo, el inesperado giro final (que no desvelamos para no hacer spolier) son algunos de los mencionados por Corrales.
Hoy voy a analizar el libro que más veces he leído en mi vida:
El Pollo Pepe.
Os parecerá que estoy de coña, pero no lo estoy.
Si es el libro infantil más vendido es por algo y voy a intentar explicar por qué.
Y al final os explico la razón de este hilo. pic.twitter.com/yNGeoepxeW
— Jorge Corrales (@Yosoycorra) March 1, 2023
El escritor remataba el hilo con una conclusión rebosante de indignación, causada por la declaración de alguien (cuya identidad no quiso revelar Corrales) que aseguraba que cualquiera podría sacar dinero fácilmente escribiendo cuentos infantiles, valiéndose de la inteligencia artificial.
«Quizás se pueda sacar dinero, pero no escribir literatura infantil. ¿Estarías dispuesto a leer una novela escrita por el Chat GPT? Estoy seguro de que en el futuro será posible, pero hoy por hoy, lo que escribe es un tostón».
«Sin embargo —añade en el siguiente tuit—, pensamos que a los niños les podemos colar cualquier tostón. Y no. La literatura infantil es de lo más jodido escribir». Algo que sabe por experiencia propia, asegura, al haber participado en proyectos de este tipo.
EL POLLO PEPE, UN ÍDOLO DE MASAS
SI al igual que Corrales has sido madre o padre en las últimas dos décadas, o por el contrario, has nacido durante este mismo periodo, la frase de abajo te sonará de lo más familiar:
«El Pollo Pepe come mucha cebada,
por eso tiene una enorme…»
Con ese arranque, El pollo Pepe (Charlie Chick en el original inglés) se presentaba hace 25 años ante los lectores más pequeños. Durante todos estos años, ha sido leído (o, más bien, escuchado) por más de un millón de niños de todo el mundo, convirtiéndolo en un bestseller de la LIJ para el sector de 0 a 2 años, y a su protagonista en un ídolo de masas.
Muchos de esos minilectores, como en el caso de los hijos de Corrales, lo piden cada noche antes de dormir. Algo bastante habitual entre los más pequeños, ya que el hecho de leer, escuchar o ver una historia que ya conocen les aporta seguridad.
Pero ¿por qué un pollo que se dedica básicamente a comer todo tipo de granos de cereal ha conseguido arrasar entre el pequeño gran público? Además de las conclusiones de Corrales resumidas arriba, aprovechamos que Nick Denchfield y Ant Parker, autor e ilustrador del libro, respectivamente, estuvieron hace unas semanas por España para preguntarles directamente.
Y esto es lo que nos contaron:
. FRESCURA Y SIMPLICIDAD
Nick Denchfield: «Es necesario mantener la frescura y la esencia de Charlie (Pepe) en cada página y comenzar cada proyecto con la ilusión del primero. Si se te ocurre la idea y después de trabajar en ella durante días todavía te hace reír, sabes que es buena».
Ant Parker: «Siempre trato de simplificar las cosas, siempre trato de que los dibujos sean audaces y brillantes, sin colores confusos. Y los personajes deben ser muy claros en cuanto a lo que están haciendo».

. EMPATÍA
Ant Parker: «El pollo Pepe es un personaje alegre al que cualquiera querría tener como amigo. Un pollo es un animal pequeño y vulnerable, y muchas veces los niños se sienten así. Es bueno que sientan confianza en una criatura tan pequeña».
. SEGURIDAD Y FINAL FELIZ
Ant Parker: «El final es muy satisfactorio. Puede que sea vea como una broma o como una buena resolución de los dilemas del cuento, pero lo que realmente es la clave es su optimismo».
Nick Denchfield: «Para un niño, es importante que en última instancia, y a pesar del alboroto y las emociones del cuento, al final puedan comprobar el entorno seguro del protagonista».