Ser escritor, nuevo camino para trabajar en empresas de alta tecnologรญa

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Los poetas, los guionistas y los novelistas comienzan a adentrarse en el terreno de los ingenieros. La tecnologรญa, para hacerse humana, los necesita. Nadie miente como ellos y, ahora, distintas firmas de Silicon Valley que se dedican a desarrollar sistemas de inteligencia artificial quieren que sus robots de asistencia sean percibidos como algo vivo, con una personalidad y con una historia propia.

Sรณlo en 2015 las start-ups que se dedican a la asistencia virtual ganaron mรกs de 30 millones de euros, segรบn datos de una investigaciรณn de CBInsights y el The Washington Post, y eso que el cรกlculo no incluye muchos de los millones de grandes empresas como Google, Amazon, Apple, Facebook y Microsoft.

El camino de los literatos y el de los innovadores tecnolรณgicos siguen direcciones opuestas. Los primeros acopian trozos de su verdad, de su vida, y la maquillan, la estructuran y la pegan en otros personajes para construir una mentira perfecta. Los ingenieros, en cambio, cogen mentiras, o sea, ideas en principio irrealizables, noveleras, y le dan un soporte cientรญfico para que sean reales. Sin embargo, la relaciรณn entre ellos no es nueva, aunque lo parezca. Algunas creaciones cientรญficas se han inspirado en la literatura. Sรณlo hay que repasar la obra de Julio Verne o de Aldous Huxley.

El punto en el que los escritores se hacen imprescindibles en este sector es el diseรฑo de la interacciรณn. El equipo de trabajo de Cortana, el asistente de Microsoft, incorporรณ a un novelista, un dragmaturgo, un exguionista de televisiรณn y un poeta. La empresa x.ai ofrece un asistente virtual llamado Amy que se encarga de programar y reprogramar reuniones y encuentros de trabajo. Una de sus responsables, Raquel Ledezma-Haight, sintetiza su meta: ยซQueremos que nuestros clientes se relacionen con Amy como si lo hicieran con un humano; es importante para Amy transmitir las mismas emociones que un asistente humano: empatรญa, cortesรญa, profesionalismoยป, cuenta a Yorokobu.

[pullquote]El equipo de trabajo de Cortana, el asistente de Microsoft, incorporรณ a un novelista, un dragmaturgo, un exguionista de televisiรณn y un poeta[/pullquote]

La pericia emocional de la mรกquina se hace mรกs necesaria en programas como Sophie, un asistente que se encarga de recordar a los usuarios que tomen su medicaciรณn, de vigilar su estado, de interesarse por su nivel de dolor y luego trasladar esa informaciรณn al mรฉdico real.

Dar mรกs calor a la relaciรณn de las personas con la mรกquina no cumple sรณlo una funciรณn estรฉtica. Muchos de estos softwares recogen datos de cada interacciรณn para, poco a poco, ir personalizando el trato y afinando las respuestas de modo que satisfagan mejor las necesidades de cada usuario. Solemos mostrarnos reacios a hablarle a un sistema informรกtico y si el tono del asistente resulta mรกs amable y, sobre todo, mรกs creรญble, se nos harรก mรกs fรกcil comunicarnos con รฉl. El reto es conseguir unas rรฉplicas naturales, lo cual implica gran dificultad: la naturalidad se compone de miles de variables.

ยซNo podemos configurar respuestas estรกticas para una lista fija de preguntas o solicitudes, en su lugar necesitamos anticipar todos los escenarios posibles al programar la conversaciรณn. Las respuestas de Amy han de ser suficientemente sofisticadas para que puedan aplicar la cantidad suficiente de empatรญa que requiere cada situaciรณnยป, explica Ledezma-Haight.

Si Amy reprograma por tercera vez una reuniรณn, debe esforzarse en que sus disculpas suenen algo mรกs solรญcitas. ยซEn lugar de decir โ€˜perdรณnโ€™ otra vez, dirรก โ€˜lo siento muchรญsimoโ€™. Los diseรฑadores de interacciones dedican mucho tiempo a precisar las reacciones. La palabra mรกs pequeรฑa o el signo de puntuaciรณn mรกs insignificante pueden tener un gran impacto en la personalidad de Amyยป, indica. Si se abusa de los signos de exclamaciรณn, por ejemplo, en un intento de denotar simpatรญa, ยซparecerรญa demasiado inmadura e informal, y si tiene muy pocos, parecerรก que le falta sentido del humorยป. Las fibras de la empatรญa son muy delgadas.

[pullquote]La palabra mรกs pequeรฑa o el signo de puntuaciรณn mรกs insignificante pueden tener un gran impacto en la personalidad del asistente virtual[/pullquote]

Cuando enchufamos Cortana nos comportamos como un mono ante un espejo. Sabemos que no es real, pero tanteamos. Los simios, que se comunican de manera corporal, intentan tocar el reflejo, se revuelven, sacan los colmillos, agreden. Y nosotros, que somos animales verbales, de repente preguntamos tonterรญas, le pedimos que nos cante o la ponemos a prueba, la insultamos, explorando sus lรญmites y los nuestros.

En este caso, el equipo literario consigue su objetivo: algo en nosotros, a pesar de saber con certeza que se trata de un robot, nos impide traspasar ciertas fronteras de la agresiรณn verbal.

Quizรกs nos bloquea cรณmo reacciona ante cada improperio. Si le dices tonta: ยซAlguien necesita tomar un respiro y calmarse un poco, y entre nosotros dos, sรณlo uno tiene pulmonesยป; si le dice fea: ยซPues yo no me veo tan mal, pero entiendo que mis curvas no tienen por quรฉ gustarle a todo el mundoยป. Cortana utiliza la ironรญa, nos hace ver que comprende que la estamos provocando, que no vamos en serio.

Ledezma-Haight explica la elecciรณn de profesionales de las letras para realizar esta tarea: ยซLas personas con mรกs experiencia recreando personajes y conversaciones sencillas son novelistas, dramaturgos y guionistas: ellos han sido entrenados para ser sensibles a la lengua y sus matices, asรญ como a los de la psicologรญa humanaยป.

Hasta no hace mucho tiempo, pensar en la inteligencia artificial era imaginar mรกquinas implacables, perfectas. Nos remitรญa al momento en que uno de los mejores ajedrecistas del mundo, Kasparov, agachaba la cabeza y abandonaba una partida dejando a Deep Blue, una computadora, como ganadora del duelo. Pero esa versiรณn de la inteligencia virtual va por el camino contrario a la que pretenden desarrollar empresas como x.ai.

Humanizar implica crear imperfecciones, titubeos. Por eso, como cuenta Elizabeth Dwoskin en The Washington Post,  los diseรฑadores de Alexa de Amazon, han incluido entre sus reacciones interjecciones como ยซhmmsยป o ยซumsยป.

No obstante, sรณlo estamos dispuestos a tolerar un grado relativo de humanidad en una mรกquina. Si percibimos que el asistente virtual aspira a suplantar o mostrarse como una persona real, tendemos a rechazarlo. Lo llaman โ€˜el valle inquietanteโ€™, por ese motivo los avatares o los iconos nunca aparecen con una imagen antropomรณrfica.

En cambio, esto no significa que los software de inteligencia virtual no puedan llegar a engaรฑarnos. Amy, el programador de reuniones de x.ai, se relaciona con los usuarios a travรฉs de correo electrรณnico: ยซMucha gente que planifica con Amy, no se da cuenta de que es virtualยป, dice su responsable. Al final, ยฟacabaremos caminando por esos โ€˜valles inquietantesโ€™ sin saber quรฉ nos encontramos en ellos?

1 Comment ยฟQuรฉ opinas?

  1. Casi puedo sentir como se quiebran.

    Los dioses de cristal.

    La tierra tambiรฉn late por dentro.

    Sosteniendo mi emociรณn al pulsar.

    poesรญa eterna sobre la tecnologรญa.

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