¿Es Facebook demasiado complicado?

9 de diciembre de 2014
9 de diciembre de 2014
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Las personas que no trabajan con contenidos digitales (y algunas de las que sí lo hacen) cometen a diario errores de interpretación de algunas funcionalidades de la red social.
Muchos usamos Facebook por costumbre, porque ahí están casi todos y casi todo desde hace años pero si llegáramos ahora, probablemente saldríamos espantados. El nuestro ha sido un aprendizaje progresivo y, aun así, se nos han escapado cosas.
Hay muchas opciones que nos parecen indiscretas o intrusivas. La mayoría de ellas se puede personalizar, pero si no nos paramos a hacerlo, es probable que los ajustes por defecto nos resulten antipáticos.
A menudo, Facebook no funciona como creemos. Además, introduce cambios continuamente y sin avisar. Si tu relación con él es un continuo «pero si yo creía…» o si sientes miedo cada vez que pulsas un botón azul por las repercusiones desconocidas de tus acciones, quizá te sientas identificado con alguno de estos puntos.
1. Confundir un perfil personal con una página
Una empresa o particular dice haberse «abierto un Facebook».
—¿Ya te has hecho amigo de mi página? —te dicen.
—¿Amigo o seguidor…?
Peligro. Hay decenas de empresas, revistas o asociaciones que solicitan a los usuarios que se hagan sus amigos. Es una equivocación que a la larga será perjudicial para la promoción de su negocio, ya que con un perfil personal no podrá ver estadísticas, poner anuncios ni programar publicaciones, por ejemplo. Esas entidades deben crear una página para que la gente pueda seguirlas. La diferencia entre ser seguidor de una página o ser amigo de un perfil es que, con la primera opción, la entidad no tiene acceso a tu información privada (fotos, etc). No es lo mismo un amigo que un cliente, lector o seguidor.
Si ya has cometido la equivocación, ¡buenas noticias! Desde hace aproximadamente un año, Facebook permite la migración de perfil a página. ¡Bien!
2. Equivocarse con la configuración de la privacidad
Muchas personas se sorprenden cuando ven que alguien que no conocen interactúa con una foto suya. Creían haber seleccionado que sus imágenes solo se mostraran a sus amigos. Pero Facebook tiene una letra pequeña: cuando seleccionas «amigos», él añade «y amigos de las personas etiquetadas». Esto se puede modificar, pero hay que hacerlo activamente. Por defecto, cualquier amigo de las personas que salen en la foto podrá verla también.
Otro ejemplo: muchas marcas realizan promociones en las que piden a los usuarios que compartan una determinada actualización de forma pública. Estos las comparten en sus muros. Pero normalmente tienen la privacidad configurada para que su muro lo vean solo sus amigos, por lo que la marca desestimará su participación en el concurso. Para que cuente como «compartido públicamente», los usuarios tienen que modificar la configuración de esa publicación en concreto y hacer que pueda verla cualquier persona dentro y fuera de Facebook.

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Configuración de la privacidad de un post.

3. Creer que es actual una foto antigua que sale en nuestra sección de «Noticias»
Si alguien comenta una foto de hace años, esta sale en el apartado de noticias de los amigos de esa persona. Tal y como utilizamos Facebook (siempre con prisas, con el dedo del «me gusta» un poco suelto), lo más probable es que las personas no reparen en la fecha de la foto. Y, a veces, la aparición de esas fotos antiguas entre la información nueva da lugar a situaciones cómicas o tensas: «¿Has estado con Rafa y no me habéis llamado?», «¿Pero tu cumpleaños no era en abril?», etc.
4. Confundir el texto que se publicará al compartir un enlace
Facebook no es homogéneo en su forma de tratar el texto original de un contenido que se comparte. Según si se trata de una foto o de un enlace, o de si el contenido proviene de una página o un particular, el comentario original aparecerá debajo del comentario nuevo de la persona que lo está compartiendo, o aparecerá debajo de la foto y en color gris, o no aparecerá en absoluto.
Esta variedad del comportamiento hace que los usuarios cometan errores de interpretación. Por ejemplo, puede que el comentario original de la foto que compartes contenga una falta de ortografía y tus seguidores se crean que la has escrito tú. O que compartas un enlace refiriéndote al comentario original pero este no se muestre en tu biografía, por lo que quizá tu respuesta no se entienda.
Ejemplo de cómo se muestran los sucesivos comentarios en un contenido compartido.
Ejemplo de cómo se muestran los sucesivos comentarios en un contenido compartido.

5. Escribir en el muro público de alguien creyendo que nos estamos dirigiendo a él en privado
Creo que esto solo les pasa a usuarios novatos, y aun así se trata de un error tan adorable y que ha dado lugar a situaciones tan cómicas que merece la pena ser listado aquí.
6. Interactuar en nombre de una página cuando se quería hacer de forma personal
Cuando una página (por ejemplo, de una empresa o un medio de comunicación) es gestionada por varios administradores todos ellos tienen activa por defecto la opción de publicar como la página dentro de la misma. Es decir: la página (y no ellos como individuos) aparecerá como «autora» de sus contenidos y comentarios. Si ellos quieren interactuar desde sus perfiles personales, no tienen más que cambiar esa opción en la parte superior de la página. Es más, ahora es posible hacerlo en cada una de las publicaciones. Ya no hay excusa para el típico auto-like de la página que tan mala impresión causa. Ni para esos errores míticos de community managers que creían estar publicando con su nombre y ponían frases polémicas en boca de una marca.
Una nota aquí: la aplicación de Facebook para móvil, hasta el momento, no presenta esta opción. Es decir: un administrador de una página no puede interactuar con la misma usando su perfil personal desde el móvil. Sin duda es una mejora que Facebook debería introducir cuanto antes en su app.
Opción de comentar como una página o como un individuo.
Opción de comentar como una página o como un individuo.

7. No saber dónde estamos comentando
En Facebook, la información a veces se duplica o se triplica de tal manera que ya no sabemos ni dónde dejamos los likes. Quizá un amigo te dice que es seguidor de la página de tu negocio, cuando en realidad lo único que ha hecho es dar a «me gusta» a una publicación sobre tu negocio que compartiste en tu muro personal. O al hecho de que a ti te gustara tu negocio, cosa que Facebook también le comunicó en su apartado de noticias.
Una vez vi una marca que rogaba a los usuarios de Facebook que, si veían una de sus noticias compartida por otra persona, fueran a su página original y dieran el «me gusta» ahí. Querían llevarse ellos la ventaja estadística dado que la noticia era suya. Pero es absurdo intentar cambiar el uso natural de la red: el usuario medio de Facebook pulsa ese botón cuando ve algo que le gusta y punto, no se va a molestar en buscar el origen de esa noticia o fotografía ni en pensar dónde será más beneficioso su like.
8. Creer que nos llegarán las publicaciones de todos nuestros amigos y las páginas que nos gustan
«No lo vi», «nunca me sale nada tuyo»… ¿Te ocurre que siempre ves las actualizaciones de las mismas personas y de otras no tienes noticias?
El EdgeRank, el famoso algoritmo de Facebook, hace que solo salgan en nuestra sección de noticias las actualizaciones de los amigos con los que interactuamos. Con esto, Facebook penaliza a los «mirones»: si quieres enterarte de lo que dice alguien, más te vale pulsar algún «me gusta». También recibirás sus notificaciones si lo marcas como «mejores amigos» (a no ser que él te haya incluido en una lista a la que no llegan todas sus notificaciones… no lo descartes).
En el caso de las páginas que seguimos, si queremos recibir sus actualizaciones, tenemos que entrar en ellas, dejar el ratón sobre el botón «me gusta» y seleccionar la opción «recibir notificaciones» en el desplegable.
Opción de "recibir notificaciones" de una página.
Opción de «recibir notificaciones» de una página.

9. Pensar que nuestras publicaciones llegarán a todos nuestros amigos
Facebook solo se las mostrará a los que tienen más interés en nosotros. Eso puede forzarse, pero solo ligeramente, publicando los tipos de contenido mejor valorados por Facebook (le gustan más las actualizaciones de estado y las fotos que los enlaces, por ejemplo). Además, conviene tener en cuenta que, cuando publicamos dos posts demasiado seguidos, Facebook «esconde» uno de ellos.
10. Recibir notificaciones indeseadas
Cuando comentas algo, Facebook te avisa de los siguientes comentarios a esa publicación. Dan ganas de no interactuar más. También recibes notificaciones de eventos a los que te invitaron y otros muchos avisos molestos que solo dejan de aparecer si haces algo activamente (por ejemplo, hay una opción que dice «dejar de seguir esta publicación»), pero que por defecto están configurados para amargarte la existencia.
Otra cosa que Facebook aún no ha pulido del todo es el tema de las notificaciones en distintos dispositivos. Seguro que reconocéis ese momento en el que tenéis abierto Facebook en la pantalla de vuestro ordenador, os llega un aviso de una interacción y, al momento, se ilumina vuestro teléfono móvil para avisaros de lo mismo. Quizá vuestra tablet también se una a la fiesta. ¿Cuántos preciosos minutos empleáis entrando y saliendo de la aplicación para que desaparezca el circulito rojo que os recuerda que tenéis temas pendientes?
Notificaciones de Facebook.
Notificaciones de Facebook.

11. Actualizar nuestra información de perfil y que Facebook se lo cuente a todos nuestros amigos
Imagina que te han despedido de un trabajo. Quieres que el nombre de esa empresa deje de salir en tu perfil personal y lo eliminas, pero lo que consigues es que a todo el mundo le aparezca en su apartado de noticias «esa persona ya no trabaja ahí». Seguramente en algún sitio haya alguna opción que puedas desmarcar no quieres que la actualización se comunique a tus amigos. Pero, de nuevo, la opción por defecto es la más indiscreta.
12. Creer que publicar un texto en el muro cambiará las políticas de privacidad de Facebook
Si sigues utilizando Facebook una vez informado de las nuevas políticas de privacidad que entrarán en vigor en 2015, es porque aceptas esas condiciones. Publicar un texto legal en tu muro no cambiará eso, como se explica bien en este artículo de un blog de El País.

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