Alerta, tenemos un genio suelto. Julio Iglesias, el exportero del Real Madrid, crooner hispano y ejemplo de vida a causa de su constante homenaje existencial al hedonismo, lanza nuevo disco tras doce años de silencio musical y cinco de ausencia de silencio en memes de internet.
El cantante lanzó hace un par de días un vídeo de presentación de su trabajo en el que se ha rodeado de algunos de sus amigos y conocidos. Lo de rodear lo digo en sentido virtual ya que, como puede apreciarse en el vídeo, el briefing de su obra visual debía ser tan escueto como esclarecedor. Algo así como «grábate un vídeo con el móvil cantando dos versos de la canción y mándamelo por Whatsapp, colega».
Así, el equipo de Iglesias (Julio, ni Pablo ni Marcelino) ha compuesto un mosaico de celebridades cubierto por algún tipo de filtro de desenfoque muy similar al de la sesión de fotos de Rocío Jurado en Interviú. Aquel Interviú traía incluidos reportajes tan interesantes como ‘Cien mil yonquis gastan 2.000 millones al día: Patéticas fotos del mono de un heroinómano’, ‘La familia real inglesa, desnuda’ o ‘La dulce espera del filipino embarazado’. Evidentemente, por eso está el ejemplar en mi casa, no se vayan a creer.
El caso es que, volviendo al turrón, sobre algunas de las imágenes de estas celebridades aparecen en sobreimpresión algunas palabras que forman parte de la canción. Y aquí viene la mandanga. Aquí es donde se nota que detrás de todo esto hay alguien que controla. Para empezar, el vídeo.
La canción es una versión del clásico para perdedores Fallaste, corazón, de Cuco Sánchez. Pero lo que llama la atención, más allás de la parálisis labial de Luis Figo, son los siguientes fotogramas.
Comenzaremos con la sección ‘Soy del Real Madrid y reivindico a mis chiquillos’. Julio Iglesias se reconoce madridista hasta el último de sus espermatoziodes. Por eso, no es extraño que el bon vivant pida cariño para Íker Casillas (imaginamos que Mourinho habrá reventado el mando de la tele al ver el vídeo), piedad para Vicente del Bosque tras el estrepitoso fracaso en el mundial de Brasil y caridad para un Raúl recién retirado. ¡Florentino, echa a Butragueño y hazle consejero!
Aquí llega la crueldad. Decidme que no había más versos o más estribillos en la canción como para tener que adjudicarle a Pepe Reina (portero cerca de la retirada) y Fernando Alonso (piloto de Fórmula 1) estos momentos de la canción. En serio.
Para continuar, queremos dar visibilidad a la prueba fehaciente de que Julio no deja pasar la oportunidad para meter ficha ni cuando graba un vídeo musical. El mensaje subliminal flota de manera sutil, como un diente de león mecido por el viento sobre un prado fresco y verde.
Por su puesto, lo de meter ficha va desde un punto de vista 360. Un enamorado del amor no deja un segundo de su vida sin el perfume embriagador del querer. Sea con ellos o con ellas. Porque los que no son bisexuales se están perdiendo el 50% de la fiesta.
Para terminar, os dejamos con la aparición del propio Julio, como remate perfecto de un trabajo de orfebrería visual. Lo único que deseamos es que el cantante viva por muchos años y que, por favor, por favor, no muera de un infarto porque las coñas en Twitter iban a ser pocas.