El nombre de la mujer de la foto, la invisible tras el velo, es Zejneba Hardaga. Parece que necesita ayuda y que su amiga la asiste. Pero ocurre lo contrario: Hardaga es musulmana y, con la tela de su cabeza, está aprovechando para ocultar la estrella amarilla de su vecina judía Rivka Kabiljo, a la que guía junto a sus hijos por el Sarajevo de 1941.
La familia Hardaga escondió en su propia casa a la familia Kabiljo. No importó que la Gestapo hubiera establecido una oficina a pocos metros de allí, ni la sentencia de muerte que pesaba sobre quienes se atrevieran a resguardar judíos. Gracias al papel de la familia musulmana, los Kabiljo sobrevivieron a la guerra y emigraron a Israel.
50 años más tarde, la persecución étnica arrasó Bosnia. Los Kabiljo lo supieron por las noticias y se desvivieron (intentándolo varias veces hasta que lograron implicar al primer ministro israelí) para rescatar a sus viejos hermanos y llevarlos hasta Jerusalen.
El relato de una imagen, a veces, ayuda a comprender mejor (con más empape) los pasos gruesos de la historia. Esa es la tarea que desempeña Dain Lee en su cuenta de fotos históricas en Instagram History Cool Kids. Bucea entre viejos sucesos, fotografías y vídeos para rescatar la píldora que detenga los scrolls rapaces de los usuarios.
«No sé cuántas veces me ha dicho a la gente a lo largo de los años que la historia es aburrida. Estoy aquí para tratar de cambiar sus mentes», dice Lee. Hoy su cuenta acumula medio millón de seguidores.
Trabaja en marketing digital, pero su padre le inculcó la pasión por descifrar el pasado. Durante su época de estudiante orientó cuando pudo sus estudios hacia asignaturas históricas, pero acabó desviándose hacia la economía por razones prácticas, de salida laboral. Aun así, el magma terminó emergiendo.
Lanzó History Cool Kids con el objetivo de levantar pasión y adhesión hacia el blanco y negro (el cuarteado y con raíz, no el de los filtros evocadores) y hacia el tecnicolor, y hacia todo lo que rezume pasado. Todo con el perverso fin de atrapar la curiosidad y que el usuario acabe leyendo los pequeños cuentos reales, o que incluso salga de Instagram y coja un libro y se documente por su cuenta.
«El fin no es solo entretener, sino enseñar a la gente sobre personas e historias que nunca nos fueron desveladas en las clases mientras crecíamos», señala. Algunos de estos relatos e imágenes pertenecen a sectores o minorías tradicionalmente marginadas.
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Es consciente de lo resbaladizos que son los adoquines del pasado: «Es muy difícil contar la historia de forma completa y precisa, ya que nos llega de personas con sesgos y perspectivas. En gran parte, los vencedores moldean la narrativa, sin embargo, eso no significa que la narración de los perdedores esté completamente extraviada».
Lejos de considerar esa volubilidad como un freno, la siente como un estímulo; un reto cuyo premio es la verdad: «Siempre animo a pensar de manera crítica, a cuestionar todo lo que leemos; siempre hay que mirar la fuente», aconseja.
Las fotos históricas que recopila en Instagram (centradas en los dos últimos siglos) recopilan temas sociales, literarios, musicales, cinematográficos, artísticos, televisivos, políticos, deportivos…
No sigue un criterio fijo. «Si alguien aprende algo de una publicación o ve las cosas desde una perspectiva nueva, he hecho mi trabajo. Otras veces, intento entretener simplemente. No soy historiador de oficio y no pretendo que History Cool Kids sea una meca de conocimiento», advierte.
Los contenidos que más reacciones despiertan entre los usuarios son los «edificantes». «El pasado está lleno de tragedia y de horrores, pero también de sucesos asombrosos de triunfo humano y superación de grandes dificultades».
Aquí va una pequeña selección de los cientos de historias que recopila Lee.
BAILANDO LA MISERIA
Cuenta Lee que durante la Gran Depresión se popularizaron las maratones de baile. Los danzarines no soñaban con engatusar al público ni con superarse y ponerse a florecer un rato la autoestima; soñaban con el premio, que a veces era en billetes y, a veces, en comida. La audiencia asistía con un «placer sádico». La foto corresponde a 1938: «Si tus rodillas tocaban el suelo, estabas eliminado».
RADIO HUMANA
Los cigarreros cubanos dedicaban el día entero a liar tabaco, una tarea mecánica, tediosa. En estás fábricas, a principios del siglo XX, se contrataba a lectores que narraban en alto novelas, poemas o periódicos. «Estos trabajos eran bastante comunes en muchas fábricas, pero desaparecieron una vez que las radios se hicieron más y más populares durante los años veinte». Algunas marcas de tabaco cubano, destaca Lee, tienen nombre de novela Romeo y Julieta, Montecristo.
SALVAJE LINDY HOP
Un baile reservado solo a quienes conseguían convertir sus huesos en chicle sensible a las ondas acústicas. Este estilo acrobático surgió a mediados de los años 20, cuando bailarines afroamericanos anarquizaron el charleston.
LECTURA COMO RESISTENCIA
Una metáfora, demasiado obvia pero presuntamente real, de cómo el militarismo nazi jamás podía haber acabado con la cultura. Esta librería londinense de Kensington fue bombardeada en 1940. Eso no disuadió a los lectores. Lee recoge este texto: «Vista interior de la biblioteca bombardeada en Holland House con lectores que, al parecer, eligen libros sin importar el daño».
BABAS MACHISTAS
«Una de las primeras fotos en criticar el machismo», titula Lee. Fue tomada en México en 1953. La actriz Maty Huitrón camina por la acera sorteando los castañeos de dientes de los hombres. Fue tomada por Nacho López como parte de un ensayo sobre la transición del DF en megalópolis.
ANTES LA GENTE ‘TAMPOCO’ VIVÍA EL MOMENTO
En esta imagen de los ochenta los asistentes graban un concierto con viejos radiocasetes mastodónticos. El ser humano siempre intentó, pese a la incomodidad flagrante, usar la tecnología para congelar y robarle cosas a la dictadura del tiempo
Vaya historia saludos desde Escort