McCann Erickson venció en su terreno de juego a Sterling Cooper Draper & Pryce (SCD&P) por 1-0. El tanto fue marcado en propia meta —en el último minuto— por Don Draper (delantero centro de SCD&P). Fue la mayor sorpresa de un partido donde el resultado fue el esperado: Goliat venció a David, pero por qué poco. De esta manera, SCP&D perdió sus siete vidas.
Mucho antes del encuentro, el primer mazazo lo dio McCann en los despachos al forzar el encuentro en su terreno. El SCD&P no tuvo tiempo para pensar la estrategia y salió al campo a la desesperada, con la sensación de que la batalla estaba perdida. Había más fe que esfuerzo; y de alguna manera, deseos de cerrar un ciclo.
Aun así, el SCD&P esperó el milagro: que Draper inventara una jugada genial —como hizo en el pasado— para alzarse con el triunfo. Sin embargo, la magia de Draper no funcionó; no fue el rematador letal de otras veces. Draper anduvo errático durante gran parte del encuentro y cuando despertó, dio la victoria a un McCann poderoso, pero falto de ideas.
JUGADAS DESTACADAS
La estrategia de McCann era controlar los movimientos de Draper y anular a los compañeros del delantero. Y McCann lo hizo sin pisar el acelerador ni enseñar los dientes en estos primeros compases. Pero pronto comenzaron los efectos del planteamiento de McCann.
El primer damnificado fue Roger Sterling, capitán del SCD&P y en gran parte responsable de la debacle del equipo. Aun indolente, Sterling quiso lucirse con una par de jugadas, pero apenas se dejó ver; despreció a unos compañeros y estuvo ausente cuando era necesario.
Como todo 9 nato, Draper quiso ubicarse pronto en el campo. A él corresponde una jugada que encogió el corazón de los espectadores: parecía que abandonaría el partido de un momento a otro. (Recordemos que semanas antes, la prensa especializada y los aficionados especularon con el estado de ánimo de Draper).
Pete Campbell fue quien mejor entendió el partido. Trabajó atento a los ojeadores en el campo, y finalmente fichó por un equipo de Wichita, Kansas.
La infatigable Peggy Olson estuvo en el banquillo por decisión propia esperando su oportunidad.
Joan Holloway no contó con el apoyo de sus compañeros e hizo la guerra por su cuenta. Aunque no recibió balones sufrió la presión de los rivales. Primero se zafó del central de McCann que la había torpedeado y después quiso eludir el juego sucio del mediocentro. Finalmente acabó por encararse con el viejo capitán de McCann. Un rifirafe que terminó con Holloway expulsada del terreno de juego.
A estas alturas, Sterling ya había tirado la toalla: no podía capitanear un equipo que no existía. Su falta de apoyo a Holloway demostraba que había perdido su capacidad de liderazgo. Sin embargo, Sterling aún tenía un cartucho: pidió a Peggy Olson que saltara al campo y desconcertara al rival. Y Olson entró en el terreno, segura de sí, aparentemente con ganas, pero no pegó.
Con el partido cerca del final parecía que Draper acabaría por bailar al ritmo marcado por el rival. McCann rodeó a Draper con jugadores cuadriculados. Y llegó una jugada inesperada, digna de Draper: apenas corrió por la banda izquierda, eludió a los rivales… y salió del terreno de juego. Aunque no era la primera vez que Draper hacía esto, los aficionados quedaron hasta cierto punto desconcertados.
EL GOL DE LA VICTORIA
No fue necesario un notario para certificar la defunción de SCP&D y con él, su espíritu. Cooper era un fantasma, Sterling inoperante, Holloway y Draper fuera de juego, y Olson con la mente en otro lado. Finalmente, Draper volvió al juego, pero no para ayudar a sus antiguos compañeros. Marcó el tanto de la victoria para McCann. Eso sí, fue un gol extraordinario.