Her vs. Black Mirror

Her y Enseguida vuelvo (episodio de Black Mirror) plantean la posibilidad de que una persona se enamore de un programa de software. En ambos casos, los guiones se han cuidado de mostrar la predisposición de los personajes a ello.
LOS REPAROS A LA CIENCIA FICCIÓN
A estas alturas, que un personaje se enamore de un programa de software con una agradable voz es un argumento aceptado por la mayoría de los espectadores. Pero esto no significa que sea fácil para el guionista plantear una historia con esa premisa.
Quizá por esto hay espectadores de ciencia ficción descontentos con propuestas como Her o la serie Black Mirror. En estas producciones se proponen historias con un tono realista en un futuro inmediato en las que se utilizan avanzadas tecnologías. (La actriz y crítica de teatro Tamara Nabel se ha inventado un término muy bonito para este subgénero de la ciencia ficción: concernismo).
La Dimensión desconocida también plantea historias de ciencia ficción, pero como indica Rod Serling en las presentaciones: «Todo es posible en la Dimensión desconocida». Ese «todo es posible» es una carta blanca que permite a la serie desarrollar las historias sin demasiado preámbulo.
Por otro lado, cuando la ciencia ficción se mezcla con la acción que por sí misma es una parodia de la realidad, el espectador acepta que en el presente haya robots asesinos o la improbable tecnología de los Men in Black.
CÓMO SPIKE JONZE PLANTEA HER
Her - Theodore
Por todo esto, no ha debido ser fácil para Spike Jonze, guionista y director de Her plantear su historia de amor en una época muy cercana. Más fácil es para Roddenberry en Star Trek cambiar la voz metálica de la computadora del Enterprise por una sensual que perturba al capitán Kirk… Jonze no tiene esta posibilidad ni puede abogar a la magia de Sterling ni utiliza la violencia.
Que el software tenga la voz pizpireta de Scarlett Johansson o la sensual de Inés Blázquez en España no es suficiente motivo para que Theodore (Joaquin Phoenix) caiga rendido ante el programa. El personaje debe estar predispuesto a ello.
Para mostrar que Theodore es un candidato a enamorase de un montón de bytes, Jonze coloca cerca del principio una escena simple: Phoenix habla y se excita con la voz de una desconocida en un chat para adultos. El personaje no necesita la descripción física de las mujeres que están al otro lado; solo quiere saber si están sexualmente disponibles para un polvo virtual. Esta escena es suficiente para describir a Theodore.
Las siguientes escenas solo sirven para confirmar lo que el espectador intuye… que Theodore teme relacionarse con las mujeres de carne y hueso. Rechaza a una deliciosa Olivia Wilde y más adelante es acusado por su exesposa de ser incapaz de tratar con mujeres reales. Si las secuencias con ambas mujeres fueran eliminadas, el protagonista de Her seguiría manteniendo la coherencia y la propuesta del film igualmente válida. Sin embargo, tanto el personaje como la película se resentirían si desapareciera la escena de Phoenix masturbándose con la voz de una desconocida.
CÓMO BROOKER PLANTEA UN EPISODIO DE BLACK MIRROR
Black Mirror - Martha
Un año antes de Her, Charlie Brooker plantea otro argumento, pero con idéntico trasfondo, en un episodio de Black Mirror. La protagonista de Enseguida vuelvo es Martha, una viuda que contrata los servicios de una empresa que ofrece una versión en la nube de la manera de ser del difunto esposo.
Si bien la protagonista muestra rechazo a tratar con un software que imita a su marido, el dolor la lleva a probar. En este punto, el personaje de Brooker parte de la misma marmita que el de Jonze: ambos personajes están destrozados. Theodore por el abandono de su esposa y Martha por la viudez. Así se predispone a los personajes.
Pero mucho antes de contratar los servicios, Martha se muestra reticente a la tecnología y también pone reparos a resucitar digitalmente a su esposo. Cuando no puede más con su dolor, y animada por una amiga, recurre a estos servicios de vida tras la muerte.
Martha comienza con cierto reparos la relación con el software que simula ser su esposo. Pasa el tiempo y la protagonista parece feliz hablando y siendo escuchada por la voz. Cuando este software anuncia a la viuda la posibilidad de insertar los datos del marido en un remedo de cuerpo humano, la mujer no lo duda. Y aquí comienza lo que debería haber sido el final para Her. Pero Jonze tiene las manos atadas por el universo cuasirealista que ha creado (aunque instagramizado, hipster y geek). Brooker no se pone cortapisas. De alguna manera, la miniintro del televisor roto actúa como los objetos flotando en el espacio de La dimensión desconocida: todo es posible.
UN PASO MÁS DE BROOKER
Lo curioso es que el cuerpo enfría la relación de Martha con el software que replica su marido. Aquí, sin embargo, no hay miedo de Martha a la intimidad, sino una extrañeza cada vez mayor de tratar una máquina que sigue un guion. Una vez que el dolor se ha calmado, toda persona vuelve a su ser y también todo personaje escrito con tridimensionalidad. Charlie Brooker lo ha hecho bien planteando la naturaleza de Martha antes de embarcarse en la aventura con un software que después pasa a ser una máquina.
LOS BUENOS PERSONAJES TIENEN SU PORQUÉ
A menudo las personas sorprenden con comportamientos aparentemente inesperados. Lo cierto es que nadie toma una decisión a lo loco, de un día para otro. Lo que ocurre es que nadie estuvo atento a las pequeñas y sutiles señales que esa persona emitía. Solo quien haya estado atento podrá decir: se veía venir.
Por tanto, todo guion que quiere mostrar personajes coherentes debe apuntar, aunque sea de manera mínima, la posibilidad de que el personaje cambie.

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