«Nada viene, las cosas, buenas o malas, suceden porque alguien las provoca. HUMANSDID nace de la convicción de que aún podemos elegir». Cada lunes te contaremos dos ideas y tendrás que elegir una de ellas con tu voto. ¿Empezamos a cambiar las predicciones?

 

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Imagen destacada

1Inesfly

Inesfly es una pintura que, al aplicarse en las paredes de una casa, actúa como barrera frente a enfermedades transmitidas por insectos.

Su fórmula incorpora una tecnología de microencapsulación que libera principios activos —insecticidas, reguladores del crecimiento, aceites esenciales— de forma lenta y prolongada, durante aproximadamente un año. Así, interrumpe el ciclo de transmisión del dengue, el mal de Chagas, la malaria o el zika. Se aplica como cualquier pintura convencional y es segura para personas, animales y medioambiente.

La historia de esta innovación comienza en los años 90, cuando la científica española Pilar Mateo viajó al Chaco boliviano para investigar el mal de Chagas. Entendió que la prevención no podía depender únicamente del acceso a medicamentos. Había que intervenir en el entorno y hacerlo desde la raíz. Así nació la idea de convertir las paredes en aliadas contra la transmisión vectorial.

Inesfly ya se ha implementado en más de 60 países. Uno de los casos más recientes es el de Cabo Verde, donde se pintaron 228 viviendas en la ciudad de Praia. Doce meses después, la presencia del mosquito Aedes aegypti —transmisor del dengue— se había reducido en más del 80%. Una innovación que actúa desde la acción preventiva, en vez de reactiva.

2The Gravity Wave

Start-up española que convierte plásticos y redes del mar en mobiliario y objetos de diseño.

Amaia y Julen son dos hermanos españoles que en 2019 decidieron enfrentarse a los plásticos que a día de hoy siguen flotando en los océanos.

Vieron la oportunidad de revertir su impacto. Así nació The Gravity Wave, una start-up que transforma redes de pesca abandonadas y plásticos marinos en materia prima reciclada (mobiliario urbano, paneles, piezas industriales y objetos de diseño).

Encontraron la manera de cerrar el ciclo del residuo y demostrar que lo que contamina puede convertirse en recurso, sin perder de vista que el plástico nunca debió llegar allí.

Hoy colaboran con más de 200 empresas y con redes de pescadores locales que recogen los residuos directamente del mar. Cada producto tiene trazabilidad total ya que se puede saber en qué puerto se recuperó el material, cómo se transformó y qué impacto positivo generó.

The Gravity Wave se enfrenta a una de las amenazas más persistentes del Mediterráneo. Porque mientras el mar siga devolviendo lo que el ser humano ensucia, habrá que encontrar maneras de que, al menos, deje de ser basura.

En apenas cinco años han convertido toneladas de residuos marinos en producto útil, abriendo camino hacia una industria regenerativa que empieza donde antes se daba por perdida.

Ha llegado la hora de replantear lo que ya está en uso y ponerlo a trabajar a favor de nuestro entorno