«Nada viene, las cosas, buenas o malas, suceden porque alguien las provoca. HUMANSDID nace de la convicción de que aún podemos elegir». Cada lunes te contaremos dos ideas y tendrás que elegir una de ellas con tu voto. ¿Empezamos a cambiar las predicciones?
1THE WASTIVE
Instalación interactiva que reutiliza residuos de impresión 3D y los convierte en observadores cinéticos.
¿Y si los residuos pudieran observarnos? La obra utiliza materiales descartados en procesos de prototipado, principalmente ácido poliláctico de impresión 3D (PLA) y contrachapado de corte láser. Aunque el PLA se comercializa como biodegradable, puede permanecer en vertederos entre 100 y 1.000 años. El contrachapado, por su parte, requiere un alto consumo de agua en su fabricación.
THE WASTIVE integra estos materiales en una estructura móvil. Una cámara capta en tiempo real la posición del público, mientras un microcontrolador activa servomotores que generan un movimiento ondulante inspirado en el flujo del mar. El patrón cambia según el tiempo y la ubicación del espectador, creando una respuesta física interactiva.
Toma como referencia el efecto del observador en física, donde el simple hecho de observar algo modifica su comportamiento. En esta instalación son los residuos quienes observan la presencia humana. Una inversión simbólica que invita a reconsiderar nuestra relación con los desechos.
La instalación se enmarca en una línea de exploración dentro del diseño de interacción sostenible y la reutilización creativa de materiales. En este caso, los residuos no son elementos pasivos, sino agentes activos que desencadenan diálogo y conciencia.
Humaniza el desecho situándonos al otro lado del espejo para recordar que nuestro comportamiento impacta directamente en nuestro entorno.
2SeaSpore
Esculturas submarinas que regeneran biodiversidad marina y crean nuevos vínculos culturales con el océano.
El mar Mediterráneo está en crisis. Puede no parecerlo desde la orilla, pero bajo la superficie la biodiversidad se agota. Menos del 1% de sus aguas están protegidas de forma eficaz. Científicos de Blue Wave Alliance aseguran que proteger el 30% de los océanos sería suficiente para regenerarlos.
SeaSpore propone una nueva forma de relacionarnos con el mar mediante esculturas de arte sumergidas y diseñadas para sanarlo. Fabricadas con materiales como el carbonato cálcico —similares a los arrecifes naturales— se colocan en zonas protegidas para integrarse con el entorno a largo plazo.
Cada escultura es un laboratorio vivo. Favorece el asentamiento de corales, algas y moluscos. Estimula el retorno de ecosistemas enteros. Una app permite escanear réplicas fuera del mar para ver, en tiempo real, la vida bajo el agua.
SeaSpore convierte el arte en herramienta de restauración. La ciencia, en experiencia. Y la tecnología, en puente. Las esculturas son piezas únicas y visualmente disruptivas con el entorno marino en el que se sumergen. En superficie, las réplicas invitan a imaginar lo que ocurre bajo el agua, mientras las originales regeneran. La primera escultura, Posidonia, diseñada por Lorenzo Quinn, se sumergirá en Barcelona.
SeaSpore busca crear un nuevo vínculo emocional con el mar para que quienes no lo ven a diario también quieran cuidarlo y la belleza de la protección se vuelva contagiosa a través del arte.




