Cuando un niño pasa la realidad por su filtro, hace ver a los que son mayores que él que el mundo pude ser cómo uno quiere que sea: colorido, chispeante y lleno de vida. A Garrett Miller se le ocurrió que un adulto podía hacer suyo el chute de fantasía y comenzó a reinterpretar los dibujos infantiles. El resultado es Imaginawesome, una galería en la que Miller juega a ser niño otra vez.
Su madre aún se lo dice. «Cuando eras pequeño querías crecer y ser un ilustrador». También le gustaba la ciencia y ahora es ingeniero de software y diseñador. Dice que puede combinar todas sus aficiones y se congratula de que, además, le paguen por ello ahora que es un chico hecho y derecho. Sin embargo, Imaginawesome se ha erigido como una herramienta para volver a encontrarse con su yo más joven. «Cuando era niño tenía ideas que quería dibujar. Era frustrante no poder trasladarlas al papel», explica. «Me di cuenta de que, como niños tenemos una imaginación asombrosa pero una carencia de habilidades para capturar lo que queremos».
Ahora, Garrett Miller se ha dado cuenta de que tiene la habilidad y carece de la imaginación de antaño. Por eso, ha decidido tomarla prestada de los que se encuentrarn en pleno big bang creativo. «Me he encontrado con niños que alucinan viendo sus dibujos ‘traducidos’, como en una especie de validación de lo que querían transmitir», declara.
El ilustrador norteamericano quiere aclarar que, en ningún caso, tiene la intención de reemplazar o ‘mejorar’ las creatividades de los niños. «Hay mucha magia en sus dibujos y en cómo capturan sus ideas. Es solo una interpretación adulta de lo que ellos están tratando de plasmar en el papel», justifica. Cree que muchos de los dibujos que recibe no precisan de un proceso de Imaginawesoming, pero «mientras a los niños les guste mi interpretación de su trabajo, seguiré haciéndolo».