Leamos mรกs libros, pero de forma mรกs sostenible

El sector del libro estรก dando pasos decisivos hacia la sostenibilidad, pero el cambio fundamental todavรญa estรก por hacer.

industria editorial sostenible

ยซDel alto de libros que una trunca sombra dilata por la vaga mesa, alguno habrรก que no leeremos nuncaยป, escribรญa en 1960 Jorge Luis Borges en su poema Lรญmites.

En sus versos, el autor argentino se referรญa a la fugacidad de la vida, pero bien podrรญa haber estado hablando de la pila de libros pendientes de leer de las personas que, tanto por motivos profesionales (periodistas, libreros) como por mero interรฉs lector, intentan estar al dรญa de las novedades literarias en nuestro paรญs.

SOBREPRODUCCIร“N EN EL SECTOR

Segรบn datos del Ministerio de Cultura y Deporte, en 2021 se publicaron en Espaรฑa 64.645 libros en papel y 28.077 en soportes electrรณnicos. De ellos, el 97,5% eran nuevas ediciones. Teniendo en cuenta que un habitante de nuestro paรญs lee una media de 13 libros al aรฑo, estรก claro que algo no va bien.

El mercado editorial espaรฑol tiene un problema de sobreproducciรณn; estรก saturado y, aunque las tiradas de los libros se han ido adaptando a estas nuevas circunstancias y cada vez son menores (entre 2007 y 2017 la tirada media pasรณ de 5.000 ejemplares a 2.750), uno de cada tres libros que llegan a las librerรญas se acaba devolviendo a las editoriales.

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Sin entrar profundamente en los problemas econรณmicos que genera este ciclo, que compensa las devoluciones con el lanzamiento de mรกs novedades literarias, es evidente que los costes ambientales de este desperdicio son muy elevados.

En primer lugar, los libros necesitan de un proceso de producciรณn que consume diversos recursos naturales como madera y agua para fabricar el papel; tintas producidas por la industria quรญmica; y combustibles fรณsiles, que emiten CO2 a la atmรณsfera. Unas emisiones que se incrementan durante la fase de distribuciรณn a las librerรญas, su retorno a los editores y la destrucciรณn o reciclaje de los libros sobrantes.

EL IMPACTO CULTURAL

Ademรกs de este impacto ecolรณgico, el sistema actual de producciรณn de libros tiene un claro impacto cultural. Las novelas y el resto de gรฉneros literarios tienen cada vez menos espacio y disponen de mucho menos tiempo en las mesas de novedades de las librerรญas.

Para muchos, su oportunidad es muy breve y se esfuma si no alcanzan unos buenos nรบmeros de ventas en los primeros dรญas. A pesar del buen hacer de muchos libreros, que deciden apostar por un libro aunque su desarrollo sea mรกs lento que el de un superventas, muchas publicaciones pasan por este proceso sin pena ni gloria, y no porque sean malos libros.

Por otro lado, los crรญticos y periodistas en los que tradicionalmente se delegaba la parte mรกs importante de la promociรณn de un libro (aunque su papel รบltimamente se estรก poniendo en cuestiรณn), cada vez tenemos menos tiempo para recibir, leer, entrevistar y escribir.

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Ademรกs, la competencia entre los medios por ser el primero en publicar una pieza provoca que un gran nรบmero de los artรญculos o reportajes sobre las novedades literarias se produzcan a partir de lecturas rapidรญsimas, en diagonal y, en el peor de los casos, con la sola ayuda de una nota de prensa, lo que evidentemente no favorece la creaciรณn de unos contenidos que les hagan justicia a las obras. Un efecto secundario de la dinรกmica de lanzamiento semanal de novedades.

El mercado literario estรก inmerso, por tanto, en un cรญrculo de producciรณn imparable que lo estรก igualando, por desgracia, con otros como el de la mรบsica, un รกmbito en el que los nuevos รกlbumes estรกn de actualidad apenas unos dรญas.

ยฟY QUร‰ OCURRE CON LA EDICIร“N DIGITAL?

Desde un punto de vista simplista, la eliminaciรณn del soporte de papel y de su necesario transporte y distribuciรณn deberรญa contribuir a la reducciรณn del impacto ambiental de la producciรณn de libros. No obstante, como ocurre en muchas ocasiones, las apariencias engaรฑan.

Cada vez se lee mรกs en formato digital. Segรบn datos de Libranda, empresa lรญder en la producciรณn de libros electrรณnicos, casi el 10% de la lectura total ya se hace en soporte digital y su mercado no para de crecer: el volumen de negocio de los ebooks en espaรฑol creciรณ un 37% durante 2020 y lo sigue haciendo. Muchos libros en papel, ademรกs, ya cuentan con su propia versiรณn cibernรฉtica.

Y segรบn puede leerse en el informe El impacto ambiental de la ediciรณn digital, publicado por la revista CCCB Lab del Centro de Cultura Contemporรกnea de Barcelona (CCCB), aunque los libros digitales no utilizan recursos naturales como el agua o la madera, contaminan de forma igual o superior por otras vรญas.

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El impacto ambiental de la lectura digital se reparte casi a partes iguales entre la fabricaciรณn del dispositivo lector y el consumo elรฉctrico que se necesita para que funcione.

Ademรกs, los dispositivos para leer libros electrรณnicos requieren de un proceso de producciรณn muy complejo, que incluye diversos metales como el cadmio, el cobre o el oro. Tanto es asรญ que, para extraer una tonelada de este รบltimo, es necesario remover 50.000 toneladas de tierra, con el enorme coste ambiental que eso supone.

Segรบn datos del libro El futur dels llibres electrรฒnics, de Jordi Bigues y Marta Escamilla, un Ipad genera 130 kg de CO2 en una vida รบtil de tres aรฑos: el 45% de las emisiones se generan en su fabricaciรณn, el 49% en su uso y un 6% en su transporte y tratamiento como residuo.

Para que un ebook fuera mรกs sostenible que sus equivalentes en papel se deberรญan leer en รฉl unos 322 libros de 110 pรกginas cada uno a lo largo de toda su vida รบtil. Y teniendo en cuenta el promedio de lectura anual que citรกbamos anteriormente, tendrรญamos que usar ese dispositivo durante casi 25 aรฑos.

ยฟQUร‰ PODEMOS HACER?

Por favor, que nadie interprete que deberรญamos acabar de una vez por todas con la lectura. Al contrario, hay diversas maneras en las que la industria editorial podrรญa adaptarse a las nuevas demandas medioambientales que requiere nuestro mundo actual. Estos cambios pueden resumirse bajo el paraguas del tรฉrmino ecoediciรณn, una ediciรณn que incorpora en sus procesos criterios de sostenibilidad.

Una parte de ese camino ya ha comenzado. Durante la celebraciรณn de Liber, la feria internacional del libro para profesionales de esta industria que se realizรณ el aรฑo pasado en Madrid, se abordaron algunos de los problemas medioambientales mรกs graves del sector. Tras este encuentro, quedรณ claro que todos los agentes de la cadena del libro son conscientes de la situaciรณn y que estรกn reformulando sus procesos para minimizar su huella de carbono.

Durante estas jornadas, Vรญctor Benayas, director de producciรณn de Penguin Random House Grupo Editorial declarรณ que, ยซmuy pocos sectores han invertido tanto como las industrias de la cadena del libro en Espaรฑa para avanzar hacia su sostenibilidad, y lo hemos hecho por convencimiento y porque cada vez existe mayor preocupaciรณn en nuestros clientes โ€”libreros y lectoresโ€” debido a esta problemรกticaยป.

Un ejemplo de ello es que cada vez resulta mรกs comรบn que el papel con el que estรกn fabricados los libros estรฉ certificado como procedente de bosques gestionados de manera sostenible. Algo que pasa desapercibido para la mayorรญa de los lectores. De cualquier manera, todavรญa queda mucho por hacer desde el punto de vista de la economรญa circular y de la legislaciรณn de la industria editorial.

Pero quizรก el cambio mรกs necesario y mรกs difรญcil de realizar es el que sucede en el รกmbito cultural: el que consiste en reformular el sistema de lanzamiento masivo de novedades sobre el cual funciona el engranaje de la industria del libro en la actualidad. Esta transiciรณn implica sustituir el motor de un sector que lleva funcionando igual desde hace dรฉcadas y, por tanto, requiere de medidas radicales y tambiรฉn de un gran consenso que parece difรญcil de alcanzar.

Hacer lo impensable para intentar dejar huella fue lo que hizo la editorial Errata Naturae en mayo de 2020, cuando decidieron que no publicarรญan mรกs novedades en lo que quedaba de aรฑo y que aprovecharรญan el tiempo de reflexiรณn al que nos habรญa abocado la pandemia para modificar su forma de trabajar, rechazar el modelo neoliberal del sector, reducir el ritmo, ajustar las tiradas, trabajar mรกs en cada libro y promocionarlo no solo hasta su lanzamiento, sino tiempo despuรฉs.

Segรบn explicรณ el aรฑo pasado a Vogue Espaรฑa el editor de Errata Naturae Rubรฉn Hernรกndez, la editorial decidiรณ reducir la semana laboral a cuatro dรญas, tambiรฉn el nรบmero de lanzamientos anuales y rescindieron sus contratos de suministros y servicios con empresas que no fueran รฉticas y sostenibles.

ยซTrabajamos menos, pero mejor โ€”declarรณ Hernรกndezโ€” y con resultados econรณmicos iguales o incluso superiores. Todo esto nos lleva a pensar que los impedimentos hacia una transformaciรณn radical y sostenible del sector no son econรณmicos, sino ideolรณgicosยป.

Errata Naturae ha sido la primera en atreverse, pero no estรก sola en este salto al vacรญo. Otras editoriales pequeรฑas estรกn reformulando tambiรฉn su estrategia empresarial en la misma direcciรณn, aunque el cambio real en el sector solo llegarรก cuando los grandes grupos editoriales se convenzan de que este cambio no solo es posible, sino necesario.

En nuestra mano estรก tambiรฉn convencerlos: como consumidores tenemos mucha mรกs fuerza de la que creemos. Si decidimos apoyar a proyectos editoriales que trabajan para cambiar las cosas y nos servimos de la pequeรฑa voz que nos proporcionan las redes sociales para contarlo, es posible que en un futuro no muy lejano alguien vea este cambio necesario como una estrategia comercial interesante y promueva el cambio de mentalidad que necesitamos. Este prรณximo dรญa 23 de abril, dรญa del libro y de Sant Jordi, podrรญa ser, si queremos, el principio de algo.

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Patrick Thomas

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