Tres arriba y dos abajo, entrelazados y del mismo tamaño. Los anillos olímpicos llevan casi un siglo mostrándose de esa manera. Dicen que cada uno de ellos representa a uno de los cinco continentes (aunque, al parecer, el COI no acaba de aceptar esta teoría). Pero ¿y si los aros no solo los representase sino que sirvieran para comparar los continentes entre sí en función de, por ejemplo, el porcentaje de obesos entre su población o el de hogares afectados por el SIDA? ¿Cómo sería, entonces, cada anillo?
La idea se le ocurrió a Gustavo Sousa y decidió materializarla en una serie de infografías en las que el anillo negro es Europa; el azul, Oceanía; el rojo, América; el amarillo, África, y el verde, Asia.
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