Sus viñetas son una mezcla de humor negro y humor absurdo. No busca una reacción en concreto por parte del público más allá de la de hacer reír. «Supongo y espero que el cómic ofrezca algún alivio a la gente que es cínica como yo y está deprimida», comenta el dibujante Jake likes onions cuyo nombre real es Jake Thompson, publicitario natural de Chicago.
El personaje de Jake likes onions es una cebolla con cuerpo humano, algo que ya sorprende la primera vez que te acercas a una de sus viñetas. «Los seres humanos no pueden disfrutar nada sin sufrimiento», comenta Thompson. «Para mí, nada representa mejor esto que una persona llorando mientras corta cebollas».
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Only people who are fundamentally unlikeable will get this #me #life #love #never
No hay color en esta webserie de cómics que el de Chicago empezó a dibujar en 2015. Todo es negro, como muchas de las escenas que recrea. Con un humor no apto para todos los públicos, Thompson muestra una realidad oscura y algo desesperanzadora que, afirma, es la responsable de la creatividad de su cerebro. «Mi estúpido, envidioso y constantemente deprimido cerebro. Ese es mi principal problema con la realidad».
También hay violencia en sus viñetas. La guerra es uno de sus temas recurrentes, pero le cuesta explicar el porqué de esa atracción. «Me fascina la violencia», afirma con rotundidad, «es uno de esos innegables rasgos humanos fundamentales que nadie quiere admitir o en los que nadie quiere pensar. Gran parte de nuestra historia se define por la muerte y la guerra, ¿sabes? Es algo en lo que pienso mucho».
Pero matiza con la misma rotundidad con la que confesaba su fascinación por la violencia: «Mis viñetas pueden ser violentas, pero ni la celebro ni la apoyo».
Tampoco cree que de todo pueda hacerse un chiste. «Hay algunos temas que el cómic no debería tratar. Glorificar el propio dolor es inapropiado, en mi opinión».
Sorprenden unas historias sarcásticas en algunas ocasiones, oscuras en las más, pero libres y sin complejos en un momento social en el que nos la cogemos todos con papel de fumar y se criminaliza la libertad de expresión de contar un chiste.
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Thompson no tiene claro si estamos ante una realidad que se ha vuelto timorata y conservadora en exceso. «Es difícil decirlo. ¿Quizás? Creo firmemente que los humoristas no deberían ofender intencionalmente, pero tampoco deberían limitar su creatividad a lo que la sociedad considera apropiado», opina. «Los cómicos, sin embargo, se ven obligados a presentarse delante de un juez. ¡Mierda, eso es preocupante!».
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Las viñetas que Thompson publica en su Instagram y redes sociales cada 15 días han sido recogidas en formato impreso en The Book of Onions. En él, el creador de Jake likes onions recopila algunas de sus mejores dibujos donde aborda sus temas más recurrentes: la soledad, la desesperación y el fracaso. Pero también con un poso de optimismo fuera de lugar.