Jessa Crispin: el feminismo antifeminista 

Entrevista a Jessa Crispin, autora de 'Por qué no soy feminista. Un manifiesto feminista' 
4 de junio de 2024
4 de junio de 2024
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jessica crispin

Jessa Crispin cree firmemente que las mujeres son seres humanos y que deben de ser tratadas como tales. Que merecen los mismos derechos y libertades que los hombres. En definitiva, es una firme defensora de los principios fundamentales del feminismo. Sin embargo, reniega de ser feminista. Eso pese a colaborar con organizaciones que así se autodenominan y haber defendido el movimiento durante décadas.

«Si me preguntaras si soy feminista no solo diría que no, sino que lo diría además con un gesto de desdén», explica en Por qué no soy feminista. Un manifiesto feminista (Sin Fronteras, 2017). La editora y fundadora de la web Bookslut no sabe en qué fecha ocurrió, pero tiene claro que en algún momento de la historia reciente el feminismo perdió su esencia. Lo hizo cuando sacrificó sus objetivos principales a cambio de conseguir cierto grado de aceptación en una sociedad, la actual, diseñada por el patriarcado para seguir subyugando y controlando todo aquello que lo desafía. 

De ahí que para Crispin no exista otra salida que la revolución. Un cambio radical que rompa con el sistema de valores y las metas de la cultura dominante, en la que el dinero lo mueve todo. Una revolución que devuelva la esencia humanista al movimiento. Solo así, dice, será posible que el feminismo, el de verdad, triunfe. 

De la lectura de tu libro se concluye que el feminismo actual es un feminismo de salón y que el hecho de que algunas celebrities se conviertan en abanderadas de la causa ha propiciado la irrelevancia y la superficialidad del actual movimiento. ¿El feminismo, entonces, no puede ser mainstream

Supongo que no me importa demasiado si el feminismo es mainstream o no. Lo que realmente me interesa es que sea eficaz y que su propósito sea el de aliviar las dificultades de las clases marginales. Más allá de eso, no estoy nada interesada en si hay celebrities se sumen al carro o no. 

Foto: @Laura Ouch

Dices que el feminismo universal ha traído consigo numerosos inconvenientes al movimiento, hasta el punto de vaciar de significado el concepto mismo. Pero si no es universal, si no cuenta con el respaldo de todas las mujeres, ¿cómo se puede lograr la revolución que propugnas? 

El feminismo es una herramienta política para pensar en cómo incluir a las mujeres en el mundo. Quiero que las mujeres estén incluidas en el mundo. Quiero que los médicos se tomen en serio el dolor de las mujeres, porque, estadísticamente hablando, no se toma en consideración de la misma manera en la que se hace con el dolor de los varones. El cambio se logra señalando el sesgo, realizando pruebas de tratamientos en mujeres en lugar de simplemente asumir que los hombres pueden ser el modelo a seguir para todo; financiando investigaciones sobre trastornos que afectan a las mujeres en porcentajes más altos que a los hombres al mismo nivel que se financian los trastornos que afectan a los hombres, etc.

Todos los aspectos de la vida pública, desde el diseño urbano hasta los mecanismos de seguridad de los automóviles, han sido diseñados para el hombre promedio, y todo aquel que se desvía de esa masculinidad promedio sufre como resultado. Rediseñar el mundo para permitir que una mayor pluralidad de personas lo disfrute es un proyecto político, sí, pero también es un proyecto para estudiantes, profesores, médicos, investigadores, diseñadores, etc.

«El hecho de que las que representan a las mujeres empoderadas sean ricas no es algo positivo. Esto aleja al feminismo de su lucha política y confunde a la gente al dar a entender que el feminismo es un estilo de vida, un proyecto de superación personal o vivir la vida de la mejor manera posible»

¿Es posible el feminismo en una sociedad capitalista o el primer paso de la revolución feminista debería ser tumbar este sistema?

Estoy bastante cansada de hablar de capitalismo. Todo el mundo habla del final del capitalismo, pero no hay ninguna idea sobre qué es lo que lo reemplazaría, o si su alternativa sería mejor o lo que el mundo necesita realmente para realizar esta transición. Es como hablar de unicornios. Tal vez sea divertido por un rato, pero ¿no sería mejor invertir el tiempo en hablar de cosas reales? 

Te muestras también crítica con el significado que está adquiriendo el concepto empoderamiento. ¿Lo consideras una presión añadida hacia la mujer, teniendo en cuenta el prototipo de mujer empoderada que suele exhibirse (exitosa, adinerada en muchos casos…)? 

El hecho de que las que representan a las mujeres empoderadas sean ricas no es algo positivo, efectivamente. Esto aleja al feminismo de su lucha política, y confunde a la gente al dar a entender que el feminismo es un estilo de vida, un proyecto de superación personal o el tratar de vivir la vida de la mejor manera posible. Pero no sé si este tipo de feminismo es un peligro para la mujer. Creo que el fascismo es un enemigo mayor; o la política de inmigración de los Estados Unidos, que lo es también para muchas mujeres extranjeras… 

Foto: @Laura Ouch

Dices que es necesario que el feminismo se haga así mismo diversas preguntas sobre si ha conseguido mejorar el mundo. También sobre si sus objetivos actuales son los correctos. ¿Hacerse las preguntas correctas es la primera tarea pendiente del feminismo?

Creo que el feminismo no tiene que tener una primera tarea. Es un proyecto continuo que trata de rehacer el mundo para que no oprima injustamente a las mujeres. Sin embargo, creo que es importante que la conversación crítica sea parte de este proyecto.

Otra de tus críticas va dirigida a las feministas que apoyan a mujeres que realizan denuncias falsas solo por el hecho de ser mujeres.

Soy crítica con las mujeres que se quejan de que el mundo otorga privilegios injustamente a los hombres y luego responden pidiendo que el mundo otorgue privilegios injustos a las mujeres. Si creemos en cosas como la justicia, entonces tenemos que asegurarnos de que el sistema de justicia funcione correctamente.

En Estados Unidos tuvimos el movimiento #MeToo que centró su foco principalmente en los ricos y poderosos. Industrias como los medios de comunicación, el entretenimiento y el mundo académico tuvieron controversias con personajes de alto perfil. Pero no hubo justicia para las mujeres de la clase trabajadora, porque el movimiento #MeToo no utilizó el sistema de justicia ni a los sindicatos u otros agentes externos para resolver sus problemas, sino que recurrió a informes de publicaciones como The New York Times. 

«No necesitamos una revolución gloriosa. Solo que todos nos preocupemos un poco más por el sufrimiento que nos rodea»

Pero al The New York Times solo le importa el director de un banco o el profesor de una universidad de élite. No le importa si un gerente de un Wal-Mart de un suburbio es un abusador en serie o no. No van a iniciar una investigación costosa y profunda sobre ese tipo. Si establecemos y utilizamos sistemas de justicia que estén disponibles para todas las mujeres, independientemente de su nivel de fama, ingresos o educación, y luego permitimos que dichos sistemas funcionen, entonces eso supondrá un cambio duradero y una victoria para las mujeres.

¿Eres optimista respecto a la revolución que necesita el feminismo? 

Creo que las jóvenes generaciones tienen una idea equivocada sobre la revolución. Piensan que solo hay que esperar y que alguien llegará, tomará el poder y hará los cambios necesarios para mejorar sus vidas. Y la realidad es que todos tenemos que hacer y rehacer el mundo cada día. Como individuos, no tenemos el poder para lograr un mundo menos dañino. Pero como colectivo, podemos participar en un proyecto que reduzca el sufrimiento y que genere propósito compartido que inspire esperanza. No vamos a lograr que, de repente, el mundo entero celebre la existencia de la mujer. Pero podemos conseguir que nadie en nuestro vecindario pase hambre o que los niños cuyas escuelas se caen a pedazos tengan libros. 

No necesitamos una revolución gloriosa. Solo que todos nos preocupemos un poco más por el sufrimiento que nos rodea.  

 

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