Es una pequeña caja de madera que solo funciona como despertador. Nada más. JustTheBell no tiene Whatsapp, ni Facebook, ni Twitter, ni mail, ni vídeos de YouTube. El cubo está conectado a un smartphone para una única función: que suene una alarma.
Hace años se dio el aviso. Desde que los móviles y las tabletas se han metido en el dormitorio el sueño anda alterado. Estudio tras estudio la sospecha se ha ido confirmando. Pero, además, estos dispositivos están acabando con sanas costumbres de otras épocas. Muchos de los que antes hablaban, jugaban o se amaban bajo las mismas sábanas hoy se han convertido en individuos silentes pegados a un objeto luminoso.
En la agencia DAN\París, la división digital y de innovación de TBWA, pensaron que hay «muchas cosas bonitas que hacer en el dormitorio mejor que enviar mails». Pero la excusa de «tengo que poner la alarma» hace difícil echar al móvil de la habitación. El smartphone ha devenido en habitante de alcoba. Entonces, pensaron, habrá que sacar la alarma del móvil.
«La idea surgió en una conversación en la agencia», relata Ignasi Giró, director de innovación en TBWA\Paris. «Vimos que lo último que hacíamos muchos de nosotros antes de dormir era poner la alarma y de paso mirar las redes sociales en vez de dar un beso a nuestra pareja. Y al despertar, lo primero que hacíamos después de quitar la alarma era mirar el móvil».
El equipo empezó a buscar despertadores analógicos y vieron que la funcionalidad de los que había en el mercado era mucho más básica que la de los smartphones. «Nos dimos cuenta de que las mejores alarmas eran las de los móviles. Además, algunos modelos nos daban pereza porque necesitaban pilas o eran eléctricos y perdían la hora si se iba la luz», relata el también fundador de Honest&Smile. «Entonces decidimos que podíamos crear algo para seguir usando el sistema de alarma del móvil pero sin el móvil».
Al propósito de sacar los dispositivos digitales del dormitorio sumaron la intención de aportar «calidez» y belleza a la habitación. «Tenía que ser un objeto del que dijeras: Yo quiero tener esto», indica Giró. «Por eso lo hicimos de madera, muy simple y con un tacto muy agradable».
El equipo de DAN\París compró varios arduinos y llamó a unos carpinteros artesanos para diseñar JustTheBell. El primer prototipo mide 8 x 8 x 8 centímetros y está conectado al smartphone mediante bluetooth para que el usuario fije la hora de la alarma y el tipo de sonido que quiere escuchar desde una aplicación de su smartphone.
El despertador pretende evocar más la tranquilidad de la naturaleza que la frialdad y el estrés que pueden destilan algunos aparatos tecnológicos. Lo hace en sus formas, sus sonidos, su tacto y también en su iluminación. JustTheBell no tiene resplandores estridentes. Tan solo hay un punto de luz que, al agitar la caja, emite discretos puntos luminosos para indicar las horas de sueño que quedan antes de que suene la alarma.
La agencia pretende ahora recaudar 89.000 euros mediante una campaña de financiación colectiva presentada en la plataforma de financiación masiva KissKissBankBank. En septiembre DAN\París empezará a producir las primeras unidades en beta y para principios de 2016 esperan lanzar la primera serie para el mercado.