Después de explorar géneros como el paisaje y el bodegón, Julio Falagán se sumerge en otro de los géneros clásicos de la pintura: el retrato. Pero, como era de esperar en este artista, en esta nueva propuesta juegan un importante papel el humor, la crítica al mundo del arte y la desacralización de figuras como la del crítico.
«En estos momentos el mercado del arte en España deja mucho que desear, por lo que, ante la incertidumbre de si el esfuerzo será productivo o no en términos económicos, al menos intento pasarlo bien».
Para ello, qué mejor que hacerlo acompañado, así que Falagán ha invitado a colaborar en el proyecto a diferentes amigos con los que ha trabajado a lo largo de su trayectoria artística, concretamente a críticos, comisarios o gestores.
«Normalmente ellos suelen proponer o reflexionar sobre mi trabajo, en este caso se invierten los papeles: yo propongo, ellos crean y después yo reflexiono sobre su creación. Ellos son los artistas».
Galería de retratos surge además en un lugar poco habitual y bastante alejado de las galerías y los museos: los mercadillos y las tiendas de segunda mano.
«Me gusta trabajar utilizando la cultura popular como tablero de juego con la intención de cambiar sus normas y en los mercadillos es donde se ve cómo es verdaderamente la cultura del lugar, aquello que quieren esconder. Un día, hablando con un chamarilero al que le compré varios retratos, me dijo que eran muy difíciles de vender porque nadie quiere comprar un retrato de alguien que no conoce. Mi chica y yo salimos pensando sobre eso y al llegar a casa ya estaba el proyecto en marcha: invitaría a amigos a que dieran vida a esos personajes anónimos sacándolos de las fosas comunes de los mercadillos, dándoles una identidad y una nueva posibilidad de entrada en la sociedad. De esta forma podrían volver a entrar en una casa y formar parte de una nueva familia como un ancestro apócrifo».
La respuesta no pudo ser mejor. La mayor parte de los invitados aceptaron y la Galería de retratos de Falagán, comenzó su andadura.
«Me puse un máximo de 35 personas y, para hacerlo más sencillo, me limité a invitar a gente que ha escrito o que ha teorizado sobre mi obra en algún momento. Solo aquellos que me caen bien, porque buena gana de pasar un mal rato. Únicamente dos personas me dijeron que no, pero les sigo queriendo igual. Sinceramente, es un placer que te reconcilia un poco más con el ser humano ver a grandes profesionales a los que admiras participando de forma totalmente desinteresada en locuras como esta».
Convocados los potenciales biógrafos, solo quedaba conseguir los retratos y asignarles a cada uno el personaje sobre el que debían escribir su vida.
«La mayor parte de los cuadros son del Rastro de Madrid, pero también los hay de Austria, Italia y Australia, adquiridos en diferentes viajes. Un par de obras me las consiguió mi galerista, que le encanta formar parte activa de los proyectos y a mí que lo haga. El principal criterio fue que no fueran muy caros. No solo por ahorrar, sino porque me gusta trabajar con obras devaluadas, que están fuera del interés del mercado, para reintroducirlas tras ser intervenidas. No es una falta de respeto por el original, es todo lo contrario: un acto de recuperación de patrimonio. Otra cosa a tener en cuenta es que estéticamente sea interesante, tenga algún atractivo y tenga posibilidad de manipulación».
Hace unas semanas, esta colección de retratos hizo su primera aparición pública. La galería 6más1 expuso por primera vez los cuadros seleccionados para que pudieran ser admirados por los visitantes antes de que Julio Falagán, inspirado por las nuevas biografías escritas al efecto, intervenga sobre ellos.
«Me pareció muy curioso que cada uno eligiera un cuadro diferente sin solaparse. Pensé que había varios caballos ganadores que todos querrían, y que habría algún tira y afloja, pero no hubo sangre. Además, los que pensé que quedarían los últimos por su horrendidez fueron de los primeros en asignarse. Muy loco todo. Ahora estoy recibiendo las historias y, una vez con la vida del personaje en la mano, intervendré cada retrato introduciendo en él nuevos elementos que me sugiera la historia».
El resultado final se podrá ver el año que viene en la Galería 6más1 donde se expondrán todas las obras recreando un salón de retratos antiguo junto con los textos de cada autor. «También editaremos un libro con la recopilación de todos los textos y los retratos intervenidos. Aún estamos mirando cómo editarlo. ¿Algún voluntario?».