En la fusión del dibujo estático y el dibujo en movimiento surgen monstruos. Monstruos entendidos como criaturas inexploradas, como seres desconocidos e inimaginables. Personajes que nacen en la mezcla de la animación experimental y las instalaciones audiovisuales.
Estos seres podrían haber sido adoptados por cualquier mitología antigua si no tuvieran entre sus rasgos cables y pantallas. La tecnología los separa del dios Ra y, por eso, su lugar en el mundo está en crear ellos mismos una nueva mitología. Una mitología digital.
Los avatares, cyborgs y monstruos construidos entre líneas fijas y trazos móviles nacen en el estudio de Laramascoto. Beatriz Coto y Santiago Lara forman este colectivo artístico que trabaja con la tecnología y el dibujo como si fuesen algo inseparable. “Nos interesa mucho la tecnología. Tanto de forma simbólica como formal”, explica Coto. “El colectivo surgió de la necesidad de mezclar dibujo estático y en movimiento. Nosotros venimos de Bellas Artes y trabajamos en colaboración con programadores, informáticos e ingenieros”.
La obra de Laramascoto está dominada por estos seres fantásticos. “Exploramos el concepto de salvaje, monstruoso… y construimos personajes entre el humano, la máquina y el monstruo”, especifica la artista. “Siempre creamos personajes que están en una mitología más contemporánea. Son una hibridación de humano y animal”.
El colectivo, nacido en 2007, expone en la actualidad dos tótems en el Mustang Art Gallery (MAG). La exposición se titula Hackland y estará en la galería de Elche hasta el próximo 28 de agosto.
El texto de presentación de Hackland, escrito por Juan Carlos Gea, cuenta que «el tótem redime al monstruo. El monstruo nos enfrenta a lo absolutamente otro o, más frecuentemente en nuestra cultura, a la otredad que reside en nosotros mismos. Los creadores de monstruos siguen dos métodos: extreman los modelos de la naturaleza fabulando formas completamente nuevas a partir de ellos, o bien fragmentan, abstraen y recombinan las formas naturales, ensamblando criaturas híbridas.
El tótem se crea también por hibridación de modelos naturales, pero emblematiza justo lo contrario: frente al monstruo que amenaza o disuelve nuestra identidad individual y colectiva, el tótem brinda protección e identifica, proporciona al individuo un lugar preciso en su grupo y en el orden de la naturaleza.
Pervirtiendo la presunta asepsia de operatividad tecnológico-científica, el monstruo revela lo animal en nosotros para arrancarnos de nuestra condición humana; el tótem, mediante un rodeo religioso y mágico a través de lo animal, arraiga al ser humano en el suelo de sus antepasados compartidos y, más lejos aún, en el humus de nuestros orígenes naturales».
Lady cyborg. Esta obra está formada por una pintura mural y animación de carboncillo sobre mp4.
En La rebelión de los blasones, Laramascoto ofrece una visión simbólica de los animales que se han utilizado para transmitir la idea de poder a lo largo de la historia.
Y una obra más: El pacto de las luces.