Las bicicletas nostálgicas Santa María

13 de diciembre de 2011
13 de diciembre de 2011
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A la bicicleta siempre la mueve la pasión. Sea en su versión más deportiva o en la más urbana, dar pedales y disfrutar de ello es pasión y estilo de vida. En la mayoría de los casos no pasa de ahí, de disfrutar los sábados o domingos de unos kilómetros, o a diario moviéndote de casa al trabajo sobre dos ruedas. Pero en otros casos, los menos, esa pasión empuja, además de a conservarlo como estilo de vida, a convertirlo en un modo de ganársela. Es el caso de seis gijoneses que, desde la pubertad, echaban las horas restaurando bicis viejas, de esas que solo los abuelos conservan en el pueblo, convirtiéndolas en auténticas piezas de museo.

Esa pasión y esas horas, tantas, han terminado convirtiéndose en Santa María, un sueño hecho bicicleta. Una marca de bicis clásicas que han conseguido tras alguna experiencia previa emprendiendo y aprendiendo, y muchos viajes por toda Europa. Ha sido en esos viajes, por Italia, Francia, Holanda o Alemania, países donde la bici forma parte de la idiosincrasia de sus ciudadanos, donde más han disfrutado “visitando empresas, principalmente familiares, donde se producen multitud de componentes prestando gran atención a los detalles”, comenta Andrés Maldonado, uno de sus creadores.

Emprender no es nada fácil. Pero si lo haces empujado por algo en lo que crees, la cosa cambia. “Echábamos de menos la pasión por el trabajo, la sensación de sentirte vivo y capaz de llevar a cabo lo que más quieres”, añade Maldonado. Todo lo aprendido en otros proyectos les hizo animarse a crear BiciClásica, el portal online donde venden otras muchas marcas de bicicletas (de fixies a urbanas, pasando por Cruisers), pero sobre todo para fundar Santa María hace unos meses.

“Crear una marca de bicicletas es un sueño que ha estado latente en nuestros corazones desde todo este tiempo. Llevarlo a cabo ha sido un reto del que estamos muy satisfechos”, asegura Maldonado. Lo han conseguido optimizando márgenes y consiguiendo que el resultado final, la bici, fuera de un precio apto para todos (en torno a los 500 euros).

Y con todo esto, además, son más felices. “Durante muchos años nos hemos sentido frustrados por la falta de oferta en nuestro país”, dice Maldonado. Hoy ya no es así.

 

Javier Cepedano, editor de Cobbles and Hills

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