Sin duda, que una máquina sea capaz de hablar e interactuar con un ser humano es gracias a la técnica y a los cerebritos que generan código para transmitir las órdenes oportunas a esos ordenadores e inteligencias artificiales.
Pero que los podamos entender, que podamos mantener conversaciones con esas máquinas y que se nos olvide al hacerlo que son eso, máquinas, es gracias a que lingüistas, filólogos y otros expertos en humanidades las entrenan y enseñan a hablar. Hablamos de lingüistas computacionales y especialistas en prompts.