Leonard es un tipo corriente para sus amigos geeks and freaks (y por momentos mediocre, para Sheldon). Por otro lado, Leonard es un tío rarito para Penny. La normalidad y la anormalidad es una cuestión de perspectiva y de contexto. Esto parece evidente, pero a menudo lo olvidamos a la hora de tratar a los demás. En la comedia de situación es una fuente generosa de situaciones.
I.
Toda comedia de situación gira en torno a un personaje-normal o un personaje-raro, o ambos. Estos personajes trabajan en el mismo centro o viven juntos o ambas cosas). El normal es quien tiene gustos más o menos estandarizados, va al supermercado, conduce y se relaciona con los demás, aunque a veces preferiría ver la tele.
El personaje-raro crea un mundo propio incrustado en el mundo real. Entrar en su piso o en su habitación es como visitar un país extraño. La felicidad reside a menudo en él mismo, y no en los demás que, como mucho, son presencias irritantes que elude. (También puede ser que los otros quieran eludirlo).
De la colisión entre el tipo normal y el tipo raro surge la serie de humor. (Incluso un bebé puede ser el tipo normal como ocurre en Raising Hope: la pequeña Hope obliga a la disfuncional familia a deshacerse de su anormalidad). Si en una serie hay dos tipos raros, uno lo será más que el otro. El menos raro suele representar al espectador. Fraiser es un ejemplo: es normal en contraposición a su hermano, mucho más estirado, presuntuoso y tiquismiquis. Leonard es un tipo corriente para su amigos geeks and freaks, y un tío rarito para Penny.
II.
“Qué rara es la gente”, decimos, como si nosotros perteneciéramos a otro planeta. Lo que en realidad queremos decir: «Eso no me gusta, eso no lo entiendo, no lo comparto, me da miedo…»
Otakus que cantan en japonés y se disfrazan de Goku o Pikachu —con más voluntad y desvergüenza que pericia—, consideran raros a quiénes llevan capirotes al son de las marchas procesionales. Y viceversa. Y están quiénes consideran raros a los unos y a los otros, a los seguidores de un partido político, un equipo de fútbol o ven Telecinco. Y por supuesto, está quien considera que es un tipo raro aquel que parece no tener actividades recreativas, aficiones o creencias religiosas.
III.
Los creadores de comedias de situación saben que el espectador medio de televisión es un hombre o una mujer que se considera normal, es decir, como la mayoría de la población. Esto quiere decir que tiene un jefe encima, un trabajo poco estimulante con un sueldo del que va tirando y que le cuesta tener pareja. Leonard se ajusta a este perfil, aunque trabaje como físico teórico, considera que su vida es poco estimulante. La mayoría de los espectadores pueden identificarse con él, excepto cuando trata con desconsideración a Penny.
Los creadores de televisión también hacen que el personaje-normal de una comedia se oponga a las tradiciones, las celebraciones multitudinarias y las costumbres sociales. El personaje-normal no es un tipo nihilista, ni un dinamitador; sencillamente, quiere que los demás le dejen hacer su vida a su manera.
Algunas de las cuestiones que se plantean los protagonistas de las comedias de situación son: ¿Por qué tenemos que ser felices en Navidad? ¿Por qué tengo que comer con mis suegros? ¿Por qué tengo que ir a una despedida de soltero? ¿Por qué tengo que dar propina si me ha traído la comida fría? Cuestiones parecidas atormentan a Leonard en su día a día, y más cuando debe cubrir la espaldas o sacar las castañas del fuego a Sheldon, al que el protocolo social no le importa.
En las comedias de situación, los otros, los que representan a la masa, ven al protagonista como un tipo raro o huraño. Así que el personaje-normal está rodeado de personajes-tradicionales por un lado y por otro de tipos verdaderamente raros: vecinos, amigos o colegas de trabajo que profesan religiones extraterrestres, son fanáticos de medicinas alternativas o realizan prácticas sexuales innombrables e ilegales en varios países. Recordemos qué cara se le queda a Leonard ante ciertos comportamientos de Sheldon, que rayan lo surrealista (desde un punto de vista normal, claro).
IV.
Leonard y Sheldon son el yin y el yan, aunque muchos espectadores sólo vean el yan. Sheldon Cooper será un personaje añorado cuando The big bang theory llegue a su fin. Sin embargo, sus bazinga o «zás en toda la boca» serían impensable sin Leonard, que lo ata a la realidad. Sin Leonard no hay humor. Leonard es el referente de realidad, el espectador atónito.