Josephine Baker fue un icono de muchas cosas. En primer lugar, del entretenimiento y la cultura popular. La imagen de la Baker y su famosa danza del plátano es lo primero que le viene a uno a la cabeza cuando piensa en el París de los años 20 del siglo pasado. Allí fue la reina del cabaret, después de abandonar su St. Louis natal en Missouri, donde creció en la más absoluta pobreza.
Pero también su estilo distintivo y extravagante le convirtió en un icono de moda. Su activismo contra el racismo y la segregación en Estados Unidos hizo de ella un referente de la lucha por los derechos humanos.
Promovió la diversidad y la inclusión no solo a través de su trabajo en el escenario, sino también en su vida personal —adoptó 12 niños de diferentes orígenes, formando lo que llamó su Tribu del Arcoíris, para demostrar que las personas de diferentes razas y culturas podían convivir en armonía—. Y su valentía y contribución en la Segunda Guerra Mundial, en la que trabajó como espía para el ejército francés, le convirtió en un símbolo de resistencia y lucha por la libertad.
Como si de un homenaje a su persona se tratara, Lovo Bar ha capturado esta esencia multifacética de Josephine Baker para crear un espacio que no solo ofrece cócteles, sino que también celebra la vida y el legado de una mujer que desafió las normas y luchó por sus ideales. Por eso, el bar utiliza su figura como inspiración para lo que sus responsables han denominado una «coctelería emocional», donde cada bebida cuenta una historia y evoca emociones relacionadas con diferentes etapas de la vida de Baker.
Y por eso también el cóctel que han creado sus bartenders tiene algo de la esencia de su persona. «La felicidad es el denominador común que tienen la revista Yorokobu —estar feliz en japonés— y el Lobo Bar, por eso el combinado creado tenía que estar inspirado en ese momento de disfrute y felicidad que se vivía en París en los años 20 del siglo XX, y que hemos intentado recrear en nuestro local», explica Daysi Roldán, sales manager de Lovo Bar.
Desconocemos cuál era la bebida favorita de Josephine Baker, pero no cuesta demasiado imaginarla consumiendo un cóctel que mezcla un whisky japonés con sabores tan diversos como el jazmín, el eneldo, el melón, los cítricos, el melocotón o la flor de saúco.
Lovo Bar
Abrió sus puertas el pasado año en el corazón del Barrio de las Letras con la misión de ofrecer una experiencia diferente. Su filosofía gira en torno a la coctelería emocional.
Este concepto implica que cada cóctel no solo es una bebida, sino una experiencia sensorial completa diseñada para evocar emociones y contar una historia, muchas veces relacionada con episodios de la vida de Josephine Baker. De hecho, la carta de cócteles está dividida en temáticas que representan diferentes épocas y sentimientos, como amarga, dulce, ácida y códex. Y cada una de ellas refleja aventuras y tragedias de Baker.
Está dividido en dos áreas principales: la caza, en la planta superior, ofrece un ambiente íntimo y acogedor con sofás y una barra central cuadrada; y la cueva, en la planta inferior, diseñada para bailar con música de DJ en vivo. Su decoración es una celebración del estilo art déco y la extravagancia de los años 20, combinando elementos modernos con toques vintage y adornado con imágenes y referencias a Josephine Baker.
¿Te animas a prepararlo?
50 ml whisky japonés Hibiky
15 ml licor de melón
15 ml cítricos
15 ml licor de flor de saúco
10 ml sirope de eneldo
100 ml soda melocotón y jazmín
Lo más fácil en la preparación de este combinado es que no necesita coctelera, ya que se agregan todos los ingredientes directamente en el vaso. Un truco importante: deja la soda para el final.
Lo ideal es utilizar un lingote de hielo translúcido y mezclar bien todos los ingredientes. El colofón consiste en decorar el vaso con una flor de saúco. Y si prefieres que te lo preparen sus creadores, ven a tomarlo a Lovo Bar, en el número 20 de la madrileña calle Echegaray.