La Manhattan del levante español está, una año más, preparada para el hedonismo. El Low Festival, que comenzó con pretensiones humildes hace unos pocos años, se ha hecho mayor y, además, se ha hecho grande como los rascacielos que pueblan su urbanismo desarrollista.
El cartel, apoyado por Pepsi Max, es contundente y completo porque golpea en la mesa con nombres que, por sí solos, son capaces de reclamar más aforo que muchas de las localidades a las que vamos a pasar el verano.
Dadas las circunstancias, dado el escenario, el hecho de que haya ingleses en Beniyork no debería ser motivo de sorpresa. Lo es de celebración. Y mucho más si por lo que hay que brindar es por la reunión de The Libertines con su Pete Doherty a la cabeza. Los londinenses editan nuevo trabajo en septiembre, Anthems For Doomed Youth. No sabemos si se deben catalogar como himnos, pero que Doherty sabe qué se siente en lado oscuro de la juventud es algo que sí se puede dar por seguro.
El viernes, un día antes de la actuación de Doherty y compañía, llega el rock de Kasabian para demostrar que, por mucho que haya llovido (y en Leicester, su ciudad, lo hace) desde el himno Club Foot, siguen facturando música gamberra como la de su último disco 48:13. Concierto para saltar, sudar y gritar, que es a lo uno viene a estas cosas, qué demonios.
Alguien decía que los domingos son para caminar por el paseo marítimo mientras te comes un crocanti de la mano de la persona a la que quieres. Eso no ocurre el fin de semana del Low en Benidorm Y LO SABES.
Pedir que ese día elijamos entre la clase de baja fidelidad de The Raveonettes o la fría elegancia de reloj suizo de Foals es como pedir que elijamos entre papá o mamá. Así que lo que hacemos en estos casos es irnos con ambos para que no nos llamen malos hijos.
Además de la jet set cartelera, habrá opciones variadas para todo tipo de perfiles. ¿Eres de los canónicos amantes de guitarra, bajo, batería y déjemelo-desnudito-que-no-me-gustan-los-sintetizadores? Tienes al orgullo rockero de Malasaña, Los Enemigos, en misma o mejor forma que hace una década. Tienes a Corizonas, el matrimonio mejor avenido de los sonidos americanos facturados en la meseta (y fuera de ella). Tienes al Grupo Expertos Solynieve, muy expertos en lo suyo, que es cantar al hedonismo sureño que impulsa el solecito y la vida slow. Tienes a Jero Romero, un tipo que no dejó nunca el camino recto para hacer canciones redondas de pop de guitarras.
Si lo que quieres es meneo de bullarengue, te lo van a poner muy fácil Peace, Yelle, Dorian o Reptile Youth, que llegan, como Messi, en su mejor momento en años.
Más allá de esto, de la playa, del arroz, de la peculiar noche de Benidorm, del cóctel inabarcable de imaginería kitsch y desenfreno estival, del inamovible clima perfecto y de la piscina VIP (nos cuentan, PORQUE AÚN NO LA HEMOS CATADO), no dejaremos de ver a algunos de los nombres pequeñitos en el cartel y grandes en nuestra discoteca particular. Nacho Vegas te contará qué pasa estos últimos meses en la sociedad que nos rodea; Él mató a un policía motorizado llegan de Argentina porque en España, en Granada, en Benidorm, les tratan muy bien, exactamente igual que ellos a su público en cada concierto; las jovencísimas Mourn han escuchado mucho a PJ Harvey y así ningún plan puede salir mal; Der Panther o Biznaga hacen la música que nos gustaría hacer a nosotros de mayores y The Growlers merecería estar llenando estadios.
Todo esto os proponen Pepsi Max y Yorokobu. Si con eso no conseguís pasarlo bien, aceptamos hojas de reclamaciones. Qué bien está el verano, por Dios.