Nunca ha sido el viejo Neil de quedarse sentado en el porche de su rancho a ver cómo pasan los últimos años de su vida. Solo un aneurisma le hizo parar un tiempo, en el año 2005. Ese pequeño contratiempo queda ya en el recuerdo y ahora trae disco nuevo acompañado de sus hermanos de sangre Crazy Horse, una autobiografía y, lo más sorprendente, su baza en la batalla por conseguir un sonido portátil con la fidelidad lo más alta posible. Pono es el nombre del sistema que está desarrollando.
Young venía avisando. “Steve Jobs era un pionero digital, pero cuando llegaba a casa escuchaba vinilos”, decía hace unos meses. Era su forma de decir que se había tomado esto de conseguir sistema de sonido portátiles de calidad de manera casi personal. Su actitud siempre ha sido la de un artesano del sonido, hilando delicadas y desgarradas melodías en la Martin acústica que ‘tomó prestada’ de Bob Dylan o desatando tormentas furiosas con su vieja Les Paul Old Black.
El canadiense pretende devolver el encanto de lo analógico al sonido que se consume hoy en día. David Letterman le preguntaba si, de hecho, era analógico el sonido que producía el Pono. «No. Transferimos a la más alta resolución en digital. De esa manera estás lo más cerca que algo digital puede estar del sonido analógico», le aclaraba.
En realidad, Pono es más que un reproductor de sonido. Es un sistema propietario (¿por qué Neil, por qué?) de música digital capaz de reproducir los viejos másters. «Espero que sea capaz de devolver la calidad de sonido a la música de hoy». Además, Pono es también una plataforma de distribución de música. De hecho, Warner ha accedido a poner en venta su catálogo a través de la nueva tienda. Es decir, Pono sería un formato, como el mp3 pero a una resolución mucho mayor, según el propio compositor, un reproductor -cuyo diseño deja bastante que desear, dicho sea de paso- y una tienda de música.
Será el tiempo el que dicte si todo esto queda en un capricho para sibaritas del sonido si la porpuesta de Neil Young puede hacerse con un pedazo de un pastel que se repartió hace ya algunos años. Mientras siga tocando, que tenga los hobbies que quiera.