Que algo rente para un boomer tiene un sentido económico que despertará su interés. Ya se sabe lo que pasa con las cosas que afectan al bolsillo. Pero luego llegan sus hijos a casa y le sorprenden con un «¿Cocido en agosto, mamá? No me renta» y la cabeza les empieza a doler.
La expresión me renta/no me renta no es precisamente nueva y, en parte, no se aleja mucho de la definición de ese verbo que figura en el Diccionario de la RAE: «Dicho de una cosa: Producir o rendir beneficio o utilidad anualmente». Pero esta expresión lleva en boca de los milenials primero y ahora los Z desde hace ya unos añitos. Eso sí, ha perdido esa periodicidad del beneficio que explica la Academia.
Que algo rente puede ser porque produce un beneficio:
—Estudiar para el examen me renta.
Pero también puede servir para decir que se está de acuerdo con algo:
—¿Vamos al Burger?
—¡Me renta!
Para indicar que algo te gusta (o no).
—¿Esas zapas? No me rentan.
O para expresar lo que te apetece hacer:
—Pues a mí, un fin de semana en Valencia me renta mazo.
Lo de que algo te rente va por barrios o, mejor dicho, por regiones. Porque parece ser que me renta, y mucho más si añadimos un mazo detrás como intensificador, es más madrileño que el cocido. Y si este plato de garbanzos es ya universal en toda España, también la expresión ha llegado a otras comunidades. Pero debe competir con otras formas de decir lo mismo aunque más a la manera de cada región.
Así, por ejemplo, en Asturias prefieren cundir o prestar. La más cercana a me renta es me cunde (que también usan algunos Z en Madrid, aunque no demasiado), mientras que me presta es más para decir que alto te gusta, te mola o te apetece.
¿Que hay más en otros lugares? Seguro, pero nuestras fuentes son las que son y no hemos podido consultar más. Al fin y al cabo, como dice la canción, somos de colores, ¿no?