Moon Boots: cómo las botas espaciales democratizaron el calzado deportivo

9 de diciembre de 2021
9 de diciembre de 2021
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El 20 de julio de 1969 el Apolo 11 se convierte en la primera misión tripulada en aterrizar en el único satélite natural permanente de la Tierra. Los astronautas Buzz Aldrin y Neil Armstrong pisan una superficie a la que ningún ser humano había llegado antes. Un momento histórico seguido por unos 600 millones de personas. Un momento que corona una década en la que —desde el lanzamiento del Sputnik 1 por parte de la Unión Soviética en 1957— Occidente y la URSS habían competido por el primer aterrizaje en el destino más codiciado de la historia de la humanidad.

Y mientras el mundo entero observa a Neil Armstrong pisar la Luna por primera vez, un hombre se detiene en tres detalles.

Giancarlo Zanatta, fundador de Tecnica, empresa italiana fabricante de calzado, se encuentra en Nueva York por motivos de trabajo. Durante cuatro días consecutivos tiene que coger el tren de Grand Central a Connecticut para visitar a un cliente. Y durante cuatro días, por la mañana y por la noche, mientras espera el tren, se queda fascinado con la foto gigante del astronauta americano caminando por la Luna: es una visión impactante, Armstrong parece salir de la imagen. Giancarlo Zanatta no puede apartar los ojos. Sobre todo, no puede apartar los ojos de esas botas tan especiales y de esa huella.

La atención del mundo estaba centrada en el descenso de Armstrong de la escalera, en su andar torpe, en el famoso «gran paso para la humanidad», sellado por esa huella grande y clara en el polvo, entre esas rocas blancas que parecen hechas de nieve. Y fue esa imagen la que encendió la bombilla en la cabeza del empresario italiano y dio comienzo a la historia de unas botas para el après-ski que se convertirían en un icono: las Moon Boots.

Moon Boots
Foto: Leon Brocard con licencia CC.

El éxito de las originales botas lunares, para sorpresa de muchos, es inmediato. Evocaban, y aún hoy evocan, «la gran conquista»: es un marketing inconsciente y un atractivo muy fuerte. Están hechas de nailon, un material moderno e innovador para la época —hasta ese momento todo el calzado de montaña estaba hecho de materias primas tradicionales como el cuero—, son de colores —un detalle revolucionario, eran los tiempos de Andy Warhol y el arte pop— y, por último, son botas ambidiestras, no tienen restricciones: casi una declaración de libertad.

También está la cuestión «democrática». Sí, porque las Moon Boot son uno de los primeros ejemplos de diseño para todos. Gracias a su sencilla construcción y a su coste relativamente bajo, las botas lunares son utilizadas por estrellas de cine, reinas y gente corriente.

Foto: Tobias Barkskog bajo licencia CC.

Al primer paso de Armstrong en el satélite terrestre le siguieron muchos más en el planeta Tierra. La impronta y la forma únicas de esta bota après-ski han conquistado montañas, han llegado a los centros urbanos, han desfilado sobre pasarelas y han sido exhibidas en museos de arte moderno. Su inconfundible diseño y su icónico logotipo han hecho historia en la moda deportiva y se han convertido en sinónimo de un estilo de vida.

Se han lanzado numerosas colecciones a lo largo de los años, pero el alma de las míticas botas Moon Boot sigue intacta, siempre ha respetado esa huella que desató su fortuna.

Y ahora que conoces la historia de las botas lunares, tú también puedes dejar tu huella como lo hizo Armstrong, pero tendrás que conformarte con hacerlo sobre un suave manto de nieve.

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