Mujeres invisibles del cine y la televisión

Nosotros hicimos [una serie] para [una cadena autonómica] —dijo el productor de televisión—. Es una serie de mujeres y para mujeres. Tuvo mucha audiencia y ganamos premios. Pero un día me llamó [un nombre], un directivo de [la cadena autonómica] y me dijo: «La serie está muy bien, la ha visto todo el mundo, pero a mi no me la pone dura: quiero una serie que me la ponga dura».
—Pero es una serie de mujeres y para mujeres —dije.
—Sí, pero quien paga manda.

TRES VIOLACIONES EN 90 MINUTOS
¿Era verdadera la anécdota sobre el directivo de aquel canal de televisión autonómica? ¿O una estratagema del productor para intervenir en la creación de los personajes femeninos? Quise que el directivo me lo dijera o contradijera al productor, pero los guionistas no pisamos los despachos de los políticos. Sin embargo, hubiera apostado a que era una anécdota verdadera.
Meses después de aquella reunión, no me extrañó que las notas al guion incluyeran tres escenas de violación. Tres. Sin venir a cuento: en ningún momento el guion sugería la violencia sexual. Tras varias discusiones, las violaciones no fueron escritas ni filmadas.
Me recordó aquella otra ocasión que escribí para otra televisión autonómica en una serie sobre «gente de dinero» que quiere más dinero. El argumento incluía traiciones, asesinatos y mujeres florero. Cada escaleta que recibía me parecía un atentado a la ciencia y el arte de escribir guiones. (En una escaleta aparecen listadas las escenas con un brevísima descripción que el guionista convertirá en diálogos y movimiento).
UNA MISS EN BRAGAS EN CADA EPISODIO
La escaleta que más molestó comenzaba así:

1. EXT. FINCA DE […] DÍA
Una joven con tan solo un camisón monta a pelo en un caballo blanco. [El protagonista] pasea por la finca y habla con la joven. Ella es una invitada de […] A ella le parece atractivo [el protagonista]. 3 minutos.

Significa que debía escribir tres páginas (en guion, una página es un minuto, más o menos). Me resultaba complicado escribir este sinsentido: ¿una joven montando a pelo un caballo? ¿Tres minutos de diálogos? (Pensé que aquella instrucción la redactó un obseso con el anuncio de Centenario Terry: aquel de una rubia en camisón en un caballo blanco). Además, el personaje no tenía continuidad. Por mí lo hubiera eliminado.
Podía quejarme, pero de poco hubiera valido. No era mi serie. (Quienes cargan contra los guionistas ignoran que nosotros rara vez tomamos decisiones: somos mandados). Escribí aquella escena deprisa y con desgana, y no di a la joven una línea de diálogo.
—¿Por qué no habla la chica? —al teléfono, uno de los productores.
—Porque, bueno, ¿qué importa este personaje? Es mejor ir al gr…
—Importa y mucho. El director de [aquí la cadena] quiere sacar en cada capítulo a una miss [autonómica]. En bragas, en pelotas, como sea. Una miss en cada capítulo y que cada una diga una frase que hay que enfocarla bien.
Se me hizo cuesta arriba escribir un personaje femenino cliché «interpretado» por una miss. Eran los tiempos de la Tele-Teta (esto es, de la hegemonía de la carne impulsada por Telecinco). Y las cadenas autonómicas se apuntaron al carro.
LA MUJER CALLADA
Estas anécdotas ilustran por qué hay personajes femeninos inconsistentes, pero vistosos. Anécdotas que entran en las estadísticas de La asociación de mujeres cineastas (CIMA) sobre la mujer en el cine y la televisión. La mujer que trabaja en la industria audiovisual y la que refleja la ficción. Por ejemplo, en las películas producidas el 2013, el 28% de los personajes que hablan son mujeres. (Poca imaginación hace falta para intuir qué hace el 72 por ciento de mujeres silenciosas). Personajes que no pasarían el test de Bechdel para la creación de personajes femeninos redondos.
MUJERES INVISIBLES
Que las mujeres no hablen o no protagonicen películas se debe a que las mujeres tienen pocas oportunidades para escribir, dirigir y producir cine. Y quienes lo consiguen, lo hacen con presupuestos precarios.
En televisión, el 95 por ciento de los puestos de máxima responsabilidad están copados por hombres. (Entre ellos, esos directivos que quieren sentir erecciones con los personajes femeninos).
Captura de pantalla 2015-04-20 14.48.53
Los datos aportados por CIMA han variado poco desde la creación de la asociación.
«Es que no hay mujeres suficientes para cubrir los puestos de trabajo», dicen los críticos a CIMA.
Virginia Yagüe, presidenta de CIMA, replica:
«Sería suficiente un paseo por las universidades o escuelas de cine para daros cuenta de que las alumnas no solo están presentes, sino que llenan las aulas masivamente».
Para concienciar sobre la necesidad de que más mujeres hagan cine (y que el cine refleje mejor a las mujeres), CIMA organiza cada año numerosos actos (además de apoyar a las socias). Por ejemplo, estará en el Festival de Málaga con el documental Mujeres invisibles del Cine (dirigido por Rebeca Calle). En esta obra, guionistas, directoras, actrices y otras profesionales del audiovisual «ponen voz a una realidad: la baja presencia de la mujer en el mundo audiovisual». Aquí un avance:
https://vimeo.com/121236766
Mujeres invisibles del Cine será presentado por Virginia Yagüe, presidenta de CIMA, el 22 de abril (miércoles) a las 13:00 en el Cine Albéniz de Málaga. Tras la proyección, una mesa redonda tratará la visibilidad de la mujer dentro y fuera del cine con Virginia Yagüe, Patricia Roda, Alicia Cifredo, y Julia Oliva.

No te pierdas...