Creemos que es el tiempo el que es fugaz, el que pasa vertiginoso a nuestro lado y nos envuelve en su locura y su vorágine. Pero estamos equivocados. No es él sino nosotros quienes nos movemos al ritmo frenético de la prisa mientras que todo lo demás, las calles, los edificios, los árboles, permanecen inmóviles contemplando cómo nos desvanecemos en nuestra propia velocidad.
Dentro de ese movimiento frenético que es nuestra rutina y el tráfico de una gran ciudad, entramos y salimos de un cuerpo a otro sin ser conscientes de ello. Así nos lo ha querido enseñar Hiroshi Kondo en su vídeo Multiverse, en el que superpone el tiempo para mostrar otra visión de los miles de motoristas que circulan por las calles de Taipei, la capital de Taiwán.
En el vídeo, el director japonés va acelerando la cámara hasta conseguir un movimiento tan rápido, tan acelerado, que los cuerpos humanos y sus motos acaban desvaneciéndose en una inmensa cascada multicolor. Y lejos de dar miedo, el resultado es realmente hipnótico.