Si es un proceso tan natural como la propia vida, ¿por qué nos cuesta tanto hablar de la muerte? La pregunta no espera respuesta, pero sí cierta reflexión. Quizá ha llegado ya el momento de encarar este tema porque, lo queramos o no, vamos a pasar por ahí, por mucho que lo silenciemos. Dejar de temer a la muerte y asumirla es importante, porque seguramente nos lleve a valorar y disfrutar mucho más la vida. Y para eso es fundamental conocer qué la rodea.
Por ejemplo, un buen comienzo es profundizar en todas esas profesiones que giran en torno a la muerte, desde las más obvias (trabajadores de funerarias y tanatorios, enterradores, forenses…) hasta otras no tan conocidas (trabajadores en emergencias y desastres naturales, tanatoprácticos, verdugos, limpiadores de escenas de crímenes o responsables de empresas de criogenización).