On Wood: ramas caídas reencarnadas en joyas de diseño

31 de marzo de 2015
31 de marzo de 2015
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Los colgantes de la serie On Wood combinan oro y plata con ramitas de árboles en su estado natural, sin tratar. El diseño de las piezas es sencillo para no competir con los giros, vetas y nudos que la propia vida ha impreso en la madera.
Esa falta de tratamiento la suple Yiyí Gutz con una selección muy cuidada de los trozos de ramas que presentan un aspecto más bello. Una vez elegidos, se limita a engarzar la materia prima en unos soportes plata o plata bañada en oro que penden de una cadena. Algunas de las piezas, además, están decoradas con hilos de colores.
El encanto de este proyecto eco-artesanal radica en parte en la estética y en parte en la metáfora. Según Gutz, cada una de esas cualidades se llevaría el 50% del peso. «La parte de metáfora es el inicio de todo: el reutilizar una rama caída de un árbol para darle una segunda vida. Pero claro, soy diseñadora y la estética es muy importante: busco las partes más curiosas de las ramas y la coordinación de colores en los hilos de algodón egipcio está muy pensada».

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Los colgantes y piezas de decoración de On Wood funcionan a modo de enlace no solo con la naturaleza, sino también con momentos del pasado. Yiyí Gutz empezó utilizando para sus obras ramas que recogía en un pueblo de Murcia en el que pasaba las vacaciones con sus primos. «A la gente le gusta asociar cosas con buenos recuerdos». De ahí que algunos clientes no se conformen con cualquier ramita y prefieran elegir su origen. La diseñadora busca su materia prima en parques de su ciudad natal, Madrid, como El Retiro o El Parque del Oeste. También ha visitado el Paseo del Espolón de Burgos, el Campo Grande de Valladolid, La Cañada o Candeleda en Ávila, el Parque Güell de Barcelona y los Jardines del Turia en Valencia, entre otras localizaciones. «Tengo muchas más seleccionadas en mi estudio, listas para utilizar». Muchas veces vende un tronquito determinado solo por su lugar de origen, la mayoría de las ocasiones por ser el lugar del nacimiento del comprador o la persona a la que este quiere regalarlo.
«Una vez una chica compró tres de El Retiro porque todos los viernes se reunía allí con sus amigas y era un lugar muy especial para ellas». Gutz no descarta trabajar a demanda: «Ya me ha ocurrido que una clienta me envió unas ramas de la finca de su abuela».
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No parece mala idea la de posar la vista en algo natural y real al menos una vez al día, entre la sobreexposición de elementos artificiales y cosas de usar y tirar a la que nos enfrentamos cada día. «Ahora todo lo natural está en tendencia. En moda se valoran mucho los tejidos naturales y en decoración la madera, el mármol o el cobre. Por ejemplo, hay muchos altavoces para iPhone o iPad hechos de madera. Hay unos hechos con troncos de árboles que son geniales».
Le cuesta elegir una sola pieza como su favorita. «Al hacerlos a mano, hay una unión con cada uno de ellos muy especial». Venciendo esa vinculación emocional, dice que se decantaría por «los naturales montados en plata bañada en oro, por el contraste; y los de hilo que tengan algún brote o rama».
De momento, la madrileña no ha pensado en dar una segunda vida a otros elementos de la naturaleza. «Por ahora todavía tengo mucho que hacer con los tronquitos», declara.
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