El arte tiene vericuetos que son difíciles de descifrar. Por lo pronto, la fuente de la inspiración, el lugar del que brotan las ideas y la creatividad. Por otro, la calidad, una variable tan subjetiva que depende del criterio de las personas y que, a la vez, determina parte del valor de las obras.
Estas, además, se pagan a mayor o menor precio dependiendo de su exclusividad. Un Monet vale lo que vale porque Monet ya no puede seguir dándole al pincel y hay muy pocas de sus extraordinarias pinturas disponibles en el planeta. Puedes tener, eso sí, un póster, una lámina o incluso una copia exacta de los nenúfares hechas en óleo por algún experto. Un saludo a Tom Keating desde aquí.
Algo parecido pasa con el arte digital. Es perfectamente copiable, pero también puedes tener una pieza original y certificada como el primer tuit que publicó Jack Dorsey en la red social en la que era CEO, Twitter.
¿Cuánto vale eso para ti? Probablemente nada, habiendo gatos o memes de Los Simpson que provocan una mayor satisfacción. Pero una persona consideró que ese tuit y su certificación que lo acredita como único valía casi tres millones de dólares.
NFT FOR DUMMIES
La certificación que acredita ese tuit como pieza única y la diferencia de sus copias —de los pósteres y láminas, para entendernos— se llama NFT, Non Fungible Tokens. Ya existían sistemas de certificación anteriores, pero ninguno se había consolidado del todo. Cuando Christie ‘s apostó por el NFT, se dio reconocimiento a este protocolo y su utilización es ahora masiva.
El NFT es un certificado que garantiza la autoría, la propiedad y crea un contrato inteligente que ofrece diferentes ventajas para el artista y el comprador. Fue creado gracias al sistema de cadena de bloques, blockchain, que es el sistema que asegura también el funcionamiento de las monedas virtuales o criptomonedas. Lo de que las criptomonedas se desplomen cuando Elon Musk estornuda es un tema que trataremos en siguientes capítulos.
La diferencia entre NFT y criptomonedas está en que el NFT no se puede dividir, no es fungible, y generar el mismo valor. Es algo que sí podemos hacer con una moneda virtual, como hacemos cuando cambiamos un billete por monedas. Los NFT definen una unidad no divisible, como la escultura o el lienzo que nos llevamos a casa, que no es cuestión de llevarte solo un nenúfar recortado y dejar los que no te gusten en Sotheby’s.
En resumen, el NFT es un sistema que asegura la trazabilidad, autoría y definición como obra única o parte de una serie limitada.


AQUÍ TIENEN SU OBRA ÚNICA, SEÑORAS Y CABALLEROS
Onkaos, el proyecto de la Colección SOLO que apoya a creadores internacionales de arte digital, tendrá un estand de venta de arte en NFT en la feria internacional de arte contemporáneo Urvanity, que se celebra en el COAM madrileño del 27 al 30 de mayo.
Como género estrella, Onkaos ofrece 45 personajes del colectivo artístico holandés SMACK en su primer trabajo digital certificado con NFT. Esos 45 personajes pertenecen a una obra en formato de serie coleccionable que cuenta con 500 personajes. Todos ellos proceden de otra obra digital e interactiva, llamada Tribe, que tiene formato de tríptico digital y que, programado con un motor de videojuegos, explora cómo es el comportamiento de masas.
[bctt tweet=»500 personajes forman ‘Tribe’, 500 súper egos que deambulan en una falsa burbuja de seguridad inconscientes de que viven atrapados en un infinito ciclo de interacción y conflicto. » username=»Yorokobumag»]
Los compradores contarán con el acceso al certificado digital y un PIN que les da acceso a la obra, un certificado de propiedad en papel y su propio wallet para poder acceder a su obra desde la tecnología NFT.
También se podrán adquirir las piezas en formato impreso en papel Hahnemüle Phote Pearl de 310 gramos. El precio de este primer conjunto de obras coleccionables va desde los 50 a los 20.000 euros, según las características de originalidad y rareza de cada una de las piezas.


El espacio de Onkaos en Urvanity expondrá también obras de El Novak Zen como Followers, haters and groups (en la imagen que encabeza este artículo) o del hispanocroata Filip Custic. El artista, mente tras la parte visual de Rosalía, presenta en NFT su pieza Mascarilla hiperrealista, un trabajo en formato de video y escultura que habla sobre la identidad a través de un elemento tan presente en lo cotidiano como es una mascarilla. Custic explora con piezas como esta el impacto de la tecnología en nuestra consciencia y sentido de la identidad.

UN INTERESANTE CAMINO PARA LOS ARTISTAS
Como sucede en el mundo de las obras físicas, el comprador adquiere la pieza, pero no sus derechos, que siguen siendo propiedad de quien firma la obra.
Sin embargo, a diferencia de la venta de arte tradicional y gracias al contrato inteligente de NFT, el artista recibe royalties por su obra en cada transacción futura que se produce.
Muchos artistas, que por la naturaleza de sus creaciones tenían complicado acceder al mercado de venta de arte, están encontrando un nuevo horizonte de explotación sus obras.
Los dibujos del artista Robbie Barrat o las piezas digitales del artista referente del arte con inteligencia artificial Mario Kingemann, han encontrado una ventana de explotación y sus creadores pueden plantearse ahora obtener un rendimiento económico de su trabajo creativo.
Las transacciones de obras con certificado NFT se pagan con divisas digitales. En ese amplio y complejo menú de monedas —se estima que existen unas 5.000—, el NFT está muy vinculado a Ethereum y Tezos.
Esas dos divisas son las elegidas por las plataformas de arte con NFT más populares como Superare, que utiliza Ethereum o, Hic et Nunc, que apuesta por el pago en Tezos, una moneda que se presenta como algo más sostenible que las demás, en un intento de neutralizar tras las críticas al gasto energético que supone la creación de las criptomonedas.