Somos lo que somos por culpa de aquello que nos ha alimentado desde pequeños. A Juan Sánchez Porta, la infancia se le pasó en «casas en las que no falta el cuadro con ciervo, paredes con gotelé, fotos de familiares en diferentes celebraciones cristianas y tapetes, muchos tapetes; donde los hombres van al bar y las mujeres a la peluquería».
[pullquote orientacion=izquierda]Pasé de crear guisos elaborados y contundentes, a elaborar tapas y platos combinados[/pullquote]
Sánchez Porta sufrió el Síndrome Paco Martínez Soria. Llegó de Lorca (Murcia), su ciudad, a Madrid con la misma actitud que muchos de los que arriban a la sórdida estación de autobuses de Méndez Álvaro: con ganas de no parecer de fuera. Se dio cuenta, como la mayoría, de que perdía el tiempo. «Hubo un tiempo en el que quise renegar de donde venía. Hoy en día, es algo que me apasiona cada vez más y lo uso como parte de mi repertorio iconográfico. Es lo más auténtico y significativo de la sociedad en la que vivo», explica.
En consecuencia, no es extraño que haya parido una marca como Oro Jondo, una desquiciada combinación de iconos de décadas ya fallecidas, arte kitsch y estética de gala televisiva.
Dice el murciano que, tras salir licenciado de la Facultad de Bellas Artes, acabó harto de tanta pose intelectual y profunda. «No quería crear proyectos con un desarrollo conceptual y documental tan pesado con el que se estila en esa facultad», cuenta. «Decidí compaginar esta serie de trabajos en los que tienes que documentarte a través de ensayos de filósofos, críticos y demás gente profunda, con algo más liviano y desenfadado».
[pullquote orientacion=derecha]Ahora vivo en una casa sin tele[/pullquote]
Bajo esas premisas visuales, ha creado objetos cotidianos que suponen un reto visual a la parte más hortera de nuestro sentido del humor. En la entrevista, cita directamente influencias como las galas de La 1 de TVE, como Noche de Fiesta, Murcia, qué hermosa eres, los Premios Amigo o series como Los vigilantes de la playa, El Equipo A o Salvados por la campana. Pero adereza todo con mitos del folclore hispano como Camarón, Lola Flores y El Fary.
Luego llegó internet que, como dice, es el agente catalizador de todo. Youtube le hizo recobrar la memoria de los años de adolescencia y añadió nuevas fuentes de la que sacar lo mejor -o lo peor- para su trabajo. «Con internet pude contemplar esa mezcla que tanto me gusta de caspa y gente con talento en solo un clip. Youtube y el universo Tumblr te abre las puertas para ver y empaparte de nuevas tendencias, ver que hay vida más allá de lo mainstream», señala.
Esta estresante hemorragia posfranquista se plasma en camisetas, bolsos, esculturas o postales que conforman el proyecto. Sánchez Porta explica que a veces se cuestiona la validez de su obra y si todo lo que hace vale la pena y aporta algo al arte, «que a veces se pasa de hipócrita». Pero él sigue decidido a dejar de presentarse a convocatorias sesudas para artistas jóvenes y a dedicarle más tiempo «a crear cosas más divertidas y accesibles, que hablan de nuestra sociedad en un tono desenfadado e irónico».
El artista de Lorca trata, en cualquier caso, de dotar al proyecto de algo de complejidad conceptual. «A la hora de lanzar las primeras camisetas, hicimos un vídeo promocional que no era un vídeo promocional sin más. La idea era crear un pequeño corto, basado en una acción, contar una historia con hilo argumental divertido y dadaista aprovechando el producto a promocionar». Algo así, vamos.
Ahora mismo se halla inmerso en la promoción de un calendario para el año 2015. El calendario de Oro Jondo es una inquietante patada en las retinas que mezcla elementos de la identidad cañí como Jesús Gil, Chimo Bayo, Sara Montiel o los puticlubs, con iconos audiovisuales globales como El coche fantástico, Star Wars o Spice Girls.
El calendario, como era de suponer, también tiene su vídeo.
Juan Sánchez Porta admite que habría sido difícil que todo esto hubiera salido de una mente que no tenga su bagaje cultural. A la vez, afirma lo contrario porque «la lógica está sobrevalorada». «La realización de esta marca se debe en su mayoría al contexto espacio-temporal que me ha tocado vivir, así que veo difícil que un parisino de clase alta pueda hacer algo similar. Si esa persona es creativa y le interesa lo kitsch, pues imagino que haría algo relacionado con el folclore de su sociedad, es lo más lógico, pero nunca se sabe».
De momento, tenemos más material en el horno que irá haciéndose público gracias al influjo de Lola Flores, la favorita del murciano. «Hizo rap antes que los raperos».