Su fascinación por Japón comenzó cuando era niño. Series televisivas como Mazinger Z, Ulises 31 o La batalla de los planetas (Gatchaman) marcaron a más de una generación. En el caso del ilustrador Óscar Llorens, este magnetismo por el país del sol naciente se vio reforzado a los 14, cuando vio por primera vez Akira. Por eso Tokio es el lugar en el que piensa cuando necesita inspiración y «recargar las pilas».
«No hay un lugar en el mundo donde recibas tantos impactos visuales, y eso es justo lo que quería», afirma Llorens, que tenía claro que si anteriores visitas a Japón afectaron en gran medida a su forma de trabajar, en esta ocasión ocurriría lo mismo. Le interesaba especialmente el aspecto gráfico de la ciudad, su señalética, carteles, publicidad, letreros… tan diferentes de los de cualquier otra parte del mundo.
En Tokio hizo fotos de casi todo y anotó todas las ideas y proyectos que se le iban ocurriendo para ordenarlo todo al llegar a Madrid. Y aquí está la prueba. A ver quién encuentra alguna referencia nipona en su nueva serie de ilustraciones.