Los peces no se mojan: Un proyecto para integrar a los niños con síndrome de down

22 de junio de 2012
22 de junio de 2012
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Un ciclón ha descolocado el planeta. Los países han caído donde nunca estuvieron antes. Las personas que vivían juntas ahora están separadas. El mundo tal y como se conocía desapareció en un segundo. Pero alguien tiene la misión de volver a poner las cosas en su sitio: doce niños. Seis con síndrome de down y seis sin esta característica genética.

El orden de las cosas tenía que establecerse de nuevo en un vídeo de animación. Al fin y al cabo, el ciclón solo se había producido dentro de un cuento. No había ocurrido en la realidad. Pero podía ocurrir algo realmente porque lo que tramaban con este corto era reducir las distancias que la sociedad establece entre los niños con síndrome de down y los que no lo tienen.

En el mundo real, las cosas también están desordenadas. No siempre se mezclan con facilidad las personas con este síndrome con el resto de individuos. Por eso la empresa social El mundo al revés y la Fundación Invest For Children decidieron montar un proyecto en el que varios niños con síndrome de down y sin él trabajaran juntos en un corto de animación. Querían mostrar que no importan las diferencias y que, a menudo, se discrimina a un grupo de población con demasiada prisa.

Han sido dos años de trabajo hasta que ya se puede estrenar La increíble historia de un mundo desordenado. Este corto de animación, creado por los doce niños de Barcelona, se regalará a los colegios de todo el país para que los alumnos entiendan que “el síndrome de down no es una enfermedad” y que “las personas con esta discapacidad pueden llevar una vida normal si reciben el apoyo adecuado”, indica José María Batalla, fundador de El mundo al revés.

En este tiempo “los niños han ido trabajando fuera del horario escolar” para desarrollar este proyecto educativo llamado Los peces no se mojan, especifica. “La Fundación Catalana Síndrome de Down nos ayudó a seleccionar a los más creativos y la Escuela Tao de Sant Cugat propuso niños con habilidades artísticas e imaginación”.

Los personajes de esta historia nacieron del trabajo común de un niño con síndrome de down y un niño convencional. “Cada personaje es doble. Mitad down y mitad no down. Por eso muchas veces reaccionan como lo haría una persona con este síndrome”.

El corto se entregará junto a un documental que muestra el proceso de trabajo de los niños y material educativo elaborado por Down España para que los profesores puedan hablar con los alumnos sobre “la igualdad, la no discriminación y el respeto por la diversidad humana”. La Fundación Catalana Síndrome de Down está considerando traducirlo al inglés para distribuirlo también en otros países.

“La Fundación Invest for children nos pidió hace dos años encontrar una idea para explicar en los colegios qué es el síndrome de down. Al principio pensaron en formatos tradicionales (TV, anuncios de prensa…). Nosotros les propusimos desarrollar un proyecto de integración de niños down y no down. Queríamos que hicieran un corto de dibujos animados juntos. Los niños crearían los dibujos, las voces… Los adultos les daríamos las herramientas para hacerlos”, explica José María Batalla.

La fundación aceptó y empezó el trabajo. En este tiempo se han ido sumando la Escuela Thau, Boolab TV, Oído, Barrilete Films, La Pera Producciones, Icomunica, You and Me Marketing. La modelo Martina Klein, el coach de TV Pedro García Aguado y los periodistas Manuel Fuentes y Carme Barceló han colaborado también. Ellos han puesto las voces de algunos de los personajes creados por los niños. “Algunos adultos han colaborado con su voz, el rodaje o la animación, pero siempre han estado al servicio de los niños”, indica Batalla.

Todo sin un euro por medio. El proyecto ha salido adelante mediante la economía de la colaboración y el apoyo de la Fundación Alain Afflelou (organismo que lleva a cabo las actividades de responsabilidad social corporativa de las ópticas Alain Afflelou). La compañía revisará la vista de los niños down y regalará gafas a quienes las necesiten. “No buscaban un retorno económico. Pretendían posicionarse como una marca socialmente responsable ayudando a los menores con síndrome de down”, especifica el fundador de El mundo al revés.

Esta compañía de comunicación liderada por José María Batalla está formada por empleados del grupo Havas Media. En ella trabajan durante su horario laboral, pero cuando esas oficinas cierran, emplean su talento a diseñar estrategias de comunicación para ONGs, asociaciones y fundaciones sociales. A cambio reciben compensaciones como esta: “Hemos aprendido mucho de los niños”, comenta el fundador. “Los adultos tenemos muchos más frenos. A los niños solo le interesan las capacidades de los otros. El que dibujaba mejor se hacía el líder del equipo. Nosotros estigmatizamos más”.

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