Penny es único personaje de La teoría del Big Bang que ha evolucionado. Comenzó siendo una caricatura (la vecinita neumática, amable, risueña y con ‘pocas luces’) y ahora es una mujer. Sin embargo, los hombres que se consideran genios se comportan a menudo como críos.
Penny, la caricatura
Una prueba de que Penny fue concebida como caricatura es que los creadores le negaron el apellido, como si se tratara de un dibujito animado. Sin embargo, conocemos los apellidos de los hombres: Hofstadter, Cooper, Wolowitz y Koothrappali. Apellidos como armas arrojadizas o defensivas, «marcas personales» que a fuerza de ser repetidas por sus poseedores, llegan a ser risibles.
Penny, sin apellido y neumática, es considerada por los hombres como una boba «pieza de caza» accesible -al menos en los primeros capítulos-. Estos hombres dan la vuelta a la tortilla a una frase de película:
“Una mujer guapa vale tanto como un hombre rico”, dice Marilyn Monroe en Los caballeros las prefieren rubias.
Para Leonard y Howard, “un genio vale tanto como una mujer guapa (y tonta)”. La frase no aparece en la serie, pero es el concepto que manejan estos hombres de ciencia porque antes son hombres que científicos.
Penny, la mujer
Cuanto más conocemos a Penny, sobre todo por su relación con Leonard, más nos alejamos de la caricatura, del estereotipo sexual de la vecinita; más conocemos a la mujer. Ella no es una “chica boba” con “sueños tontos”. Es valiente, lucha por sus sueños con los pies en la tierra, y paga las facturas con un trabajo digno y difícil. (Para ser camarera hay que tener inteligencia emocional para tratar con algunas personas caprichosas, estúpidas o incluso violentas).
Los hombres, sus juguetes y sus egos
Sin embargo, ellos, los doctores, los genios, no han cambiado en todos estos años. Es más, sus rarezas han sido remarcadas: ellos son las caricaturas, pero no de científicos ni de friquis… caricaturas de los hombres.
Leonard, Howard, Sheldon y Raj son niños grandes con sus juguetitos. Presumen de «todo más grande» y «tengo y tú no»:
“Mi pizarra es más grande”, “mi mesa es más grande”, “tengo la espada del poder», «tengo una máquina para viajar en el tiempo…»
Después, cuando la realidad topa contra ellos, llaman a Penny: «Necesitamos tu ayuda». Lo que en principio Penny consideraba un triunfo de su inteligencia, se ha convertido para ella en una rutina que la saca de quicio.
Leonard, Sheldon, Howard y Raj: bobos cervantinos
Estos hombres que salvarán al mundo con sus descubrimientos son bobos cervantinos. Cervantes dijo que el bobo o el simple es el personaje más complicado, porque la tontería no debe parecer evidente.
El tonto no tiene constancia de su simpleza. Para Cervantes es el señor feudal, el labriego rico, el soldado con honores, que dicen y hacen tonterías en los momentos más inoportunos. Los bobos de The big bang theory son Leonard, Sheldon, Howard y Raj, que hablan de sus logros, de sus proyectos, que ridiculizan a los demás con sus conocimientos enciclopédicos, pero que fallan a la hora de encarar la realidad. Sus manías, sus fobias, sus malas decisiones son las que mantienen el show.
Por otro lado, hay una paradoja: ¿Son los hombres de TBBT bobos porque la comedia reclama estereotipos? ¿O quizá los hombres reales somos estereotipos de nosotros mismos?
Nuevas mujeres en el show, nuevas caricaturas
Cuando Penny dejó de ser una caricatura llegaron la novia de Sheldon y la novia de Howard. Los creadores de la serie necesitaban sacar a Sheldon del cascarón y que Howard se enfrentara a problemas adultos por una vez. Así conseguían desarrollar una de las reglas de la comedia: colocar a un personaje extravagante en un mundo real o frente a problemas reales.
Sin embargo, capítulo a capítulo, las caricaturas de la novia de Sheldon y la novia de Howard van quedando atrás. La novia de Sheldon es Amy Farrah Fowler y la novia de Howard es Bernadette (de apellido impronunciable). Ellas hablan de sus frustraciones y sus temores. La influencia de Penny es grande.
La tontería como resistencia
Quizá Penny consiga su sueño de ser actriz y se marche del apartamento. Quizá Amy acabe en otra universidad. Puede que Bernadette acabe rechazando a un hombre que duerme en una cama infantil y que se masturba con ogras de un mundo virtual. Y es posible que ellos, los hombres, sigan hablando de “más grande” y “mío” para ocultar debilidades emocionales. Es una manera de retardar el crecimiento. Todo sea por el espectáculo.