Por cada 3 empleados mayores se genera un puesto de trabajo para un joven

Las sociedades occidentales envejecen. La crisis está dejando claro que esto no es un susto y adiós. Es el principio de un cambio coyuntural que está exigiendo a Europa salir a explorar qué hay fuera de su zona de confort. El culto a la juventud, que en ocasiones roza la estupidez, también tendrá que cuestionarse. No sólo los jóvenes van a sacar esto adelante. ¿Qué pasa con la experiencia y las habilidades de las personas mayores?

Y no es sólo cuestión de números y de poder soportar el pago de las pensiones. Las personas mayores aportan un valor bastante despreciado en los últimos años en el mercado laboral. El consejero senior de la Academia de Ciencias Médicas de Nueva York, Alexandre Kalache, asegura que en muchos países occidentales se desaprovecha un gran potencial que aportan las personas mayores en el trabajo. Y en España, concretamente, esta situación es aún más crítica por sus tasas de envejecimiento aceleradas.

El Programa Envejecimiento y Salud, de la Organización Mundial de la Salud (OMS), destaca que las personas mayores “armonizan el ambiente en el trabajo, facilitan el contacto con la administración y disminuyen la tasa de absentismo laboral”. Estas conclusiones se basan en una serie de estudios que lleva desarrollando durante años Alexandre Kalache.

El consejero senior de la Academia de Ciencias Médicas de Nueva York asegura que es un error creer que los mayores perjudican a los jóvenes porque los puestos de trabajo por los que compiten no son los mismos. Una serie de investigaciones llevadas a cabo en varios países del Norte de Europa demuestran que por cada 3 personas que trabajan en una compañía se genera una nueva ocupación para un joven.

Kalache indica, además, que en las sociedades occidentales los jóvenes apenas tienen contacto con las personas mayores y considera básico fomentar proyectos intergeneracionales que enseñen a ambos grupos de edad a trabajar juntos y aprovechar las capacidades de cada uno de ellos.