Praga y el diseño: Del cristal de bohemia a la capital de los bohemios

11 de noviembre de 2019
11 de noviembre de 2019
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Los monumentos más impresionantes de Praga ya no están en la calle. Las estatuas del Puente de Carlos ya no están en el Puente de Carlos. Muchas de las grandes esculturas que se ven por la ciudad son réplicas. Los originales reposan en el Lapidarium, uno de los rincones más impresionantes de la capital checa.

Este edificio esconde esculturas de todas las épocas y estilos, desde el siglo XI hasta el XIX. Son estatuas que pertenecían a las casas demolidas durante el saneamiento del barrio judío, esculturas góticas de Parléř, la columna mariana de la plaza de la Ciudad Vieja en Praga o siete grupos escultóricos originales del Puente de Carlos. Es un lugar impresionante.

Este ha sido uno de los escenarios escogidos para el Designblok, el festival de diseño más importante del país. Moda, diseño industrial y arte se suceden en tres espacios diferentes.

El que se da cita en Lapidario, llamado Art House, llama la atención por intercalar las esculturas del pasado de la ciudad con piezas contemporáneas e instalaciones de estética futurista. No en vano la temática de esta nueva edición es el futuro.

El espacio está a oscuras; majestuosas estatuas se alzan entre las sombras, amenazadoras como gárgolas. En medio de este lúgubre ambiente parpadea un verde neón.

Es la luz de Party Vase, un moderno jarrón con asas de neón. La República Checa es conocida por su cristal de bohemia y su arte rococó. En Party Vase, la artista Dominika Petrýtlová conjuga estos elementos del pasado para crear una pieza rabiosamente moderna.

Los temas habituales de los jarrones rococó eran escenas de amor de la aristocracia europea. La temática no es muy diferente de la que refleja Petrýtlová, que ha recorrido bares y discotecas buscando escenas de cortejo. Escenas que después plasma en sus jarrones con el mayor realismo posible. La oscuridad, la psicodelia y las luces de neón subrayan un proyecto arriesgado, a medio camino entre pasado y futuro. El lugar donde se expone no hace más que potenciar su mensaje.

Designblok se completa con los espacios Superstudio y Openstudio, que tienen lugar en el cercano Palacio de Congresos y que aúnan el trabajo de 348 diseñadores. El primero es un lugar en el que marcas de renombre internacional presentan trabajos, prototipos y diseños relacionados con la temática del festival. Sonos, Grohe, Kartel o Renault son algunas de las empresas que tuvieron presencia en esta edición.

En el pabellón cercano, pequeños diseñadores venidos de media Europa exponen sus productos. «Tenemos una parte internacional, pero lo cierto es que queremos potenciar lo checo», explica Kateřina Drvotová, responsable de prensa del festival. «La idea es tener toques de diseño internacional, pero dar una oportunidad a los diseñadores locales. Mostrar su trabajo al mundo». Lo del mundo es literal.

Después de 21 ediciones, el Designblok se ha convertido en un referente en Centroeuropa. «Aún no tenemos la proyección del Salone del Mobile di Milano», explica Drvotová con una sonrisa, «pero mucha gente que está visitando la ciudad aprovecha para apuntar esta cita en su agenda».

Designblok completa su plantel con desfiles de moda, actuaciones, performances y charlas. La primera de este año, de hecho, analizaba cómo vender el diseño y el buen hacer nacional poniendo como referencia el Made in Italy. Praga tiene una floreciente escena creativa.

Nombres como Maxim Velcovsky (diseñador y artista del vidrio, invitado de honor el año pasado) o Teresa Rosalie Kladosva (diseñadora de moda encargada de dar el pistoletazo de salida este año) empiezan a generar un ruido local con ecos en el exterior.

«El diseño y el arte siempre han sido importantes en la República Checa», confirma Drvotová, que pone como ejemplo la boyante e histórica artesanía del cristal. «Pero es cierto que en los últimos años, quizá gracias al turismo, ha cobrado más relevancia».

INNSiDE Y LOS NUEVOS ACTORES CREATIVOS

El cristal de bohemia está dando paso a la escena bohemia. Basta con dar un paseo por la ciudad para comprobarlo. No solo por el archiconocido centro histórico, sino por pujantes y modernos barrios de la periferia como Holešovice y Bubny.

Allí el barroco cede espacio ante los edificios industriales. El diseño se cuela en las numerosas tiendas y cafés, en edificios icónicos como la Casa Danzante de Frank Gehry o en museos como DOX, el centro de arte contemporáneo de la ciudad. Precisamente con este último ha empezado a colaborar otro nuevo actor en la ciudad.

INNSiDE Prague Old Town pretende conectar al visitante con el vibrante espíritu cultural de la capital. La marca joven de Meliá lleva años apostando por el diseño, la arquitectura y el arte. Lo hace partiendo de sus propias instalaciones.

El INNSiDE Prague Old Town fue diseñado por la famosa arquitecta española Meritxell Cuartero. Ya desde su entrada, con una interesante y cuidada selección de libros de arte y diseño, deja bien clara la importancia de esta materia en el ADN de la marca.

Lo hace relacionándose con los actores culturales y creativos de la ciudad. En el caso del INNSiDE Prague Old Town esta relación se deja ver en eventos como el mencionado Designblok (al que la cadena invitó a una serie de medios españoles como Yorokobu). Pero también con eventos futuros, como su colaboración con el centro de arte contemporáneo DOX. Junto a ellos se ha propuesto celebrar distintos eventos artísticos en el 2020, convirtiéndose en un importante epicentro artístico de la ciudad.

Praga está viviendo tiempos de una efervescencia cultural envidiable. Lugares como el INNSiDE Prague Old Town están contribuyendo a desarrollarla y hacen de enlace con los visitantes extranjeros. Se pretende de esta forma conectar al viajero con una escena creativa que va más allá de la ruta turística. Y asentarse como una bonita base de operaciones.

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