Berlín siempre va más allá. La unión entre los socialistas y la izquierda que hasta ahora gobernaba en la ciudad siempre ha desentonado en la Alemania de la conservadora Angela Merkel. Pero para los ciudadanos parece que no es suficiente y en las elecciones del pasado domingo castigaron a los partidos tradicionales y otorgaron un inédito respaldo al Partido Pirata (Piratenpartei). Un éxito que, por otro lado, en la ciudad se intuía desde hace meses.
Estos nuevos héroes de las urnas son en realidad un grupo de hombres y mujeres sin inquietudes políticas anteriores que solicitan el acceso universal a Internet, la legalización de drogas blandas o la mejora en la calidad del transporte público. Para muchos ciudadanos han sido también un espejo de rebeldía eficiente en el que mirarse.
Entre sus logros está atraer a los votantes primerizos, con los que comparten rango de edad, y heredar la idiosincrasia de los Verdes de antaño, quedándose con algunos de sus más fieles seguidores, los que aún creen en las propuestas de hace tres décadas de un partido que ha evolucionado para convertirse en opción mayoritaria.
Era la primera vez en su reciente historia que el partido se presentaba a las elecciones de la capital, ya que se fundó en 2006, y ha superado con creces el mínimo de un cinco por ciento de votos que exige la ley alemana para tener representación parlamentaria. De hecho ha entrado en el parlamento regional de la ciudad-estado de Berlín con casi un nueve por ciento de sufragios, lo que les otorga hasta 15 escaños.
Los responsables del Piratenpartei confían en que esta tendencia de voto se extienda por el país e incluso por Europa: «Deseamos que más gente participe en las decisiones políticas en cualquier momento, no solo en días de elecciones. Tenemos la tecnología y los sistemas de comunicación necesarios para que así ocurra“, explica Ben de Biel, jefe de comunicación del partido en Berlín.
Y es que estos bucaneros que navegan a la perfección por las aguas de Internet son perfectamente conscientes de la fuerza que la Red está teniendo en los movimientos sociales de los últimos tiempos, como las llamadas revoluciones del twitter que los partidos tradicionales aún siguen sin asumir como cotidianas.
En lo que sí que son realistas es en el papel que van a desempeñar por el momento en el parlamento. «Seguimos siendo un partido pequeño y somos conscientes que los grupos establecidos no van a cooperar a la hora de diversificar el sistema de poder. Pero allí donde se dé una respuesta negativa a nuestras cuestiones y sugerencias preguntaremos aún con mayor fuerza».
Con ellos, los electores han rechazado un modelo de política que les parece obsoleto, especialmente aquel que favorece a las minorías económicas: los liberales del FPD han desaparecido en la ciudad con menos de un dos por ciento de los votos frente al 14,6 por ciento de las elecciones federales alemanas de hace dos años.
La parte de española de este partido de origen sueco ya consiguió representación en varios ayuntamientos catalanes en las municipales del pasado mayo. Ben de Biel anima a que el descontento español apunte hacia un camino similar al berlinés y considera que «el movimiento del 15-M tiene todo el sentido y muestra el rechazo de los ciudadanos al sistema que se les ha ofrecido. Pero para haber cambio es mucho más sencillo hacerlo desde dentro“.
Fotos: Fabricio do Canto, Andreas Baum, Katja Daathe, miembros del partido pirata de Berlín.