Peregrine Church vio unos cuantos vídeos de recubrimientos super-hidrofóbicos (unos materiales que repelen el agua de una forma tan asombrosa que parece magia) y pensó: «esto es muy cool, quiero hacer algo con esto». Dice que sintió esa necesidad porque siempre está buscando «nuevas formas de hacer sonreír a la gente» y de hacer sus días más interesantes.
Se dio cuenta de que el cemento se vuelve un poco más oscuro cuando se moja. Y de que, si usaba los recubrimientos hidrofóbicos sobre el cemento, el contraste entre las zonas secas y las mojadas podría crear imágenes. Probó el concepto y este funcionó. Después hizo pruebas con varias marcas de recubrimientos y se quedó con la que mejor funcionaba. En su web especifica que Nanex Company, la empresa que comercializa el producto «Always Dry» (que vale 29,95€ en su formato de 375ml) no patrocina de modo alguno su trabajo. Así nacieron los Rainworks, mensajes artísticos y optimistas con los que Peregrine, ayudado de sus amigos Xack Fischer y Forest Tresidder, ha intervenido en Seattle; y que son inapreciables cuando no llueve.
El artista no llega a conocer de primera mano las reacciones de los viandantes cuando descubren un Rainwork. «Una vez que instalamos uno, es parte de nuestro trabajo dejar la escena para que pueda ser descubierto por otras personas», dice. Por eso se maravilla cada vez que alguien cuelga una foto o un vídeo de una de sus creaciones con el hashtag #Rainworks: «gracias a las redes sociales, por fin podemos echar un vistazo a toda la gente que está explorando Seattle para encontrar nuestro arte, y eso es increíble».
Aunque le resulta difícil elegir, si tuviera que quedarse con uno de sus trabajos, lo haría con el mayor hasta la fecha: un drop scotch (como una rayuela, pero con temática acuática) de veinte pies de diámetro (más de seis metros) que hicieron en Olimpia. También le gustan aquellos con los que la gente puede interactuar, como el juego Don´t touch the lava.
Si la gente comienza a hacer Rainworks en otras partes del mundo, ¿serían malas o buenas noticias para Peregrine? «Un poco de las dos», dice él, «pero en general creemos que sería impresionante. Desde el principio hemos querido inspirar a la gente a salir al mundo y hacer cosas creativas y divertidas». De hecho, ya llevan unas semanas viendo a gente hacer Rainworks en otras partes del mundo así que, de alguna forma, se dan por vencidos. Solo esperan «que la gente siga usando los Rainworks para difundir positivismo y sonrisas», ya que han observado que algunas personas no siguen las mismas guías que ellos han establecido. «Nuestra mayor preocupación es que usen el producto equivocado. Nosotros hicimos muchas pruebas hasta que encontramos un producto amigable con el medio ambiente y completamente invisible cuando está seco», advierte. Pero no es su deseo guardar la fórmula bajo llave. De hecho, planean hacer vídeos tutoriales para ayudar a la gente a hacer Rainworks como es debido.
Otra de las normas que decidieron autoimponerse fue la de no utilizar los Rainworks con fines comerciales. «Es importante para nosotros que los Rainworks sigan siendo positivos y puros. No queremos manchar eso».
Esta propuesta artística cuyo soporte son las aceras de las ciudades choca drásticamente con la mayoría de las iniciativas actuales, estrechamente ligadas al mundo digital. «Es fácil dejarse atrapar dentro del móvil u otros dispositivos, por eso trato de encontrar formas interesantes y atractivas de que las personas conecten con el mundo que tienen alrededor», dice Peregrine que, sin embargo, opina que no todo es blanco o negro: «a veces, la tecnología puede ayudarnos a conectar con el mundo que tenemos alrededor. Hay millones de personas que nunca habrían oído hablar de Rainworks si no fuera por Internet, y ahora salen a explorar en días lluviosos. Se puede abusar de la tecnología, pero esta también puede ser una gran herramienta para exponernos a nuevas ideas. Se trata de encontrar el balance saludable».
Preguntado sobre qué vendrá después, sobre si su cabeza está maquinando alguna otra forma de hacer sonreír a los viandantes o algún otro uso artístico para los productos hidrofóbicos, Peregrine dice estar seguro de que solo ha «arañado la superficie» de todo lo que puede hacerse. «Este proyecto ha sido un gran experimento, y estamos constantemente probando cosas nuevas. Ya tenemos una larga lista de nuevas ideas que queremos probar».