Diez minutos al día, el tiempo necesario para alcanzar la felicidad según la psicóloga Sandi Mann

El plan de la psicóloga clínica Sandi Mann para lograr un poco de felicidad al día no requiere de mucho más tiempo que el que invertimos para darnos una ducha o poner una lavadora
23 de septiembre de 2019
23 de septiembre de 2019
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Sandi Mann, psicóloga clínica y profesora de la Universidad Central de Lancashire, asegura que la mayoría de los problemas de salud mental están «envueltos» bajo la capa de la felicidad. Tanto nos preocupa alcanzar ese nirvana que acabamos estresados y agotados mentalmente. 

Aunque no siempre fue así. «La búsqueda de la felicidad es una idea moderna. Por ejemplo, hoy esperamos ser felices en el trabajo, ¡mientras que antes solíamos ir a trabajar solo para alimentar a nuestras familias!».

La felicidad convertida en commodity de la vida moderna nos angustia. Tenemos que ser felices por decreto y a veces el problema radica en que no sabemos ni lo que eso significa. «Realmente necesitamos definir lo que es felicidad. Creemos que si tenemos más, ganamos más, etc., seremos felices. Pero realmente necesitamos saber qué es lo que de verdad nos hace felices».

Todo es cuestión de perspectiva. Y de tiempo. Aunque de esto último tampoco hace falta demasiado. Según el plan que Mann propone, basta con 10 minutos al día. Suficiente para pararnos a reflexionar sobre lo que tenemos, hemos conseguido y queremos seguir logrando.

A partir de su experiencia como psicóloga clínica y sus investigaciones en el campo de la psicología positiva, Sandi Mann ha desarrollado una teoría que concreta en su libro Ten Minutes of Happiness. Esta se basa en plantearse estas seis preguntas cada día: 

1 ¿Qué experiencias, por mundanas que sean, te resultaron satisfactorias?

Unas risas con los compañeros a la hora del café o la victoria de nuestro equipo pueden proporcionarnos pequeños instantes de felicidad.

 2 ¿Qué felicitaciones y comentarios recibiste?

Eso de que los elogios debilitan no es cierto. A veces lo que nos desgasta es centrarnos en las críticas negativas que recibimos y no prestar atención a las positivas.

3 ¿Qué te hizo sentir afortunado?

En ocasiones parece que la buena suerte nos esquiva. Y tal vez lo que ocurre es que no reparemos en su presencia cuando nos topamos con ella. ¿O es que no es potra encontrarse todos los semáforos abiertos cuando vamos al trabajo con prisas?

4 ¿Cuáles fueron tus logros, por pequeños que fueran?

Subir las escaleras en lugar de utilizar el ascensor no es hacer un Ultraman, pero requiere de cierta voluntad y, por tanto, puede considerarse un pequeño logro. 

 5 ¿Qué te hizo sentir agradecido?

«¡Vivimos demasiado centrados en el mí, mí, mí», denuncia Mann, lo que impide que a veces se nos escapen actos de bondad de las personas de nuestro alrededor. Abrir los ojos y estar receptivos a este tipo de detalles nos hará más felices. 

6 ¿De qué manera expresaste amabilidad?

Es también el egocentrismo el que nos impide entender que hacer algo por los demás resulta de lo más satisfactorio. La solidaridad puede ser el camino más directo a la felicidad.

  Sandi Mann felicidad

Sandi Mann aconseja establecer una rutina al final del día para pararse a pensar y apuntar todos estos logros diarios. Escribirlos es necesario para poder consultarlos pasado un tiempo. Un recurso muy útil contra las malas pasadas que nos juega la memoria asociativa, esa que tiende a recordar solo los malos momentos cuando estamos de bajón. 

El método de Mann no garantiza la dicha, aunque sí efectos positivos (de mayor o menor intensidad) en el estado de ánimo y menos estrés para quien lo practique. Aunque avisa que no es la panacea: si este tipo de consejo no funciona, puede que estés pasando por una depresión y requieras la atención de un profesional en salud mental.

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