Lo analógico y lo digital han comenzado el tiempo de la reconciliación. Poco a poco las posiciones radicales comienzan a moderarse y el mundo editorial comienza a navegar por aguas más tranquilas.
Cada lector ha decidido en qué formato quiere leer, ya sea en uno o en otro o en los dos. Por su parte, las editoriales continúan su transformación en busca de una mayor tranquilidad, intentando ocupar todos los espacios posibles en ambos formatos. Sin embargo, las grandes ideas surgen, como casi todo, de la necesidad.
Cuando la escritora Rosa Sala Rose publicó un eBook, se dio cuenta de que la promoción de un libro digital difería mucho a la de un libro en papel. «Echaba de menos poder llevarlos a mis presentaciones, venderlos o regalarlos y, sobre todo, dedicarlos».
A partir de ese momento se dio a la tarea de encontrar la forma de poder unir ambos formatos. «Y como no parecía que nadie lo estuviera haciendo, decidí lanzarme a la aventura, sin tener ni idea de lo que se me venía encima».
Fue así como nació Seebook.
En su web se define como un eBook que se puede tocar. Seebook es una tarjeta que lleva en la parte frontal la portada del libro. Al abrirlo encontrarás un código QR que se puede escanear con cualquiera de las aplicaciones gratuitas de Android o iPhone o a través de un código que se puede introducir directamente en la web de Seebook.
Por último tan solo tienes que elegir el formato en el que quieres leer los contenidos (PDF, EPUB, MOBI). Además podrás descargar contenido adicional, como audios de los autores, imágenes, capítulos descartados, etc.
Simon Effing, socio y programador del proyecto, desarrolló el primer prototipo en tan solo un par de semanas, durante el año 2013.
Lo complicado vino después, cuando llegó el momento de plantearse la distribución en librerías, ya que las editoriales no estaban dispuestas a distribuirlos por su cuenta. Así que decidieron crear ellos mismos su propia red de distribución, que cubre en estos momentos hasta 95 librerías en toda España.
Actualmente, Seebook cuenta con dos líneas de distribución. Una dedicada en exclusiva para las editoriales y Seebook Difusión. «Concebido para autores indies y que, si todo va bien, podrá contar el año que viene con distribución en bibliotecas», comenta Rosa Sala. Por ahora están realizando un programa piloto en cinco centros del Consorci de Biblioteques de Barcelona y otras cinco municipales, que consiste en llevar la lectura digital a través de seis autores independientes que han puesto sus obras a disposición de los lectores a través de las tarjetas. Será en febrero de 2015 cuando obtengan los resultados finales y si tendrá continuidad el proyecto.
Al tener estas dos vertientes, surgía una problemática técnica: la seguridad. Las tarjetas cuentan con un sistema opt-in, es decir, el usuario debe introducir su correo electrónico para recibir el enlace de descarga en su buzón. Una vez utilizado dicho enlace, el código de su tarjeta se vincula para siempre con esa dirección de email. Los enlaces caducan, así que si el usuario, por alguna razón, quiere volver a descargarse el libro, tendrá que repetir la operación y automáticamente encontrará el nuevo enlace en ese correo electrónico.
Rosa Sala señala que sus eBooks no llevan DRM convencional, sino «blando» o marca de agua: «de este modo nuestros usuarios siempre poseen el archivo que compran. En cambio, el Seebook Difusión no tiene estas medidas de seguridad y permite la descarga infinita desde un mismo código, permitiendo que incontables lectores de bibliotecas descarguen el contenido desde una única tarjeta».
En estos momentos Seebook cuenta con treinta títulos de siete editoriales: Roca, Salamandra, Nórdica, Kolima, Extinta, La Campana y Anagrama, por ahora, pues ya negocian con otras más. De entre los títulos con los que cuentan, Rosa Sala destaca El capote, de Nikolái Gógol (Nórdica), ilustrado por Noemí Villamuza. Aunque considera que los que tendrán una gran acogida serán Hallazgo de un cadáver, de Eva-Marie Liffner (Nórdica) o Sé lo que estás pensando, de John Verdon (Roca).
Y aunque las editoriales miran el Seebook con cierto escepticismo, han visto en el proyecto un nuevo canal de distribución para relanzar títulos de fondo. Además de atender a un mercado ignorado: el eBook de regalo. Rosa Sala dice que «los libreros reciben con frecuencia la queja de que alguien a quien antes siempre regalabas libros, se ha pasado a la lectura digital y ya no sabes qué ponerle debajo del árbol de Navidad».
Por su parte, algunas editoriales digitales han comenzado a interesarse en el Seebook, ya que les permitiría entrar de lleno en las librerías.
Algunas librerías también se han entusiasmado con Seebook. Rosa Sala cuenta que un librero de Rivas Vaciamadrid le llamó muy emocionado para decirle que llevaba años esperando algo así. Mientras que los usuarios finales agradecen la variedad de formatos para descargar desde una misma tarjeta. Pero sobre todo, agradecen poder contar con un objeto físico del libro digital.
Pero el Seebook no se quiere limitar al mundo editorial. También quieren extenderse hacia la música. Con su sistema es posible bajarse directamente al móvil archivos MP3 y al mismo tiempo bajarse un PDF con las letras o incluso un videoclip, por un precio más competitivo que producir un CD. Así los músicos no solo ahorrarían en gastos, sino que seguirían contando con un objeto físico para firmar, defienden los creadores de la propuesta.
Rosa Sala va más allá: afirma que también podrían ofrecer contenido en diferido, como por ejemplo, un concierto. Después de vivirlo en vivo, puedes llevarte un Seebook, escanear el código de camino a casa y una hora después tienes el vídeo del concierto en tu correo electrónico.
Seebook: libros electrónicos que se pueden tocar
