El coche sonriente que se preocupa por la seguridad de los peatones

11 de octubre de 2016
11 de octubre de 2016
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semcon
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Los coches sin conductor son ya una realidad. En poco tiempo podrán ser adquiridos como cualquier otro utilitario, pero antes es necesario resolver algunas cuestiones relativas a la seguridad.

No sólo las referidas a los pasajeros, sino también a los peatones. Según diferentes estudios de seguridad vial, el peatón acostumbra a establecer contacto visual con el conductor del automóvil antes de decidirse a cruzar por delante de un vehículo.

El problema surge, evidentemente, cuando no hay conductor. ¿Con quién interactuará el peatón? ¿Quién o qué le garantizará que el paso es seguro? Para solucionar este problema, la empresa sueca Semcon ha creado el smiling car, el coche sonriente.

Un dispositivo luminoso colocado en el frontal del automóvil despliega una simpática sonrisa, que avisa al peatón de cuándo resulta seguro cruzar delante de él. Cuando reanuda la marcha, la sonrisa se convierte en una sencilla línea horizontal.

«La sonrisa es un símbolo utilizado por personas de todas las edades y culturas», explica Karin Eklund, Jefa de UX en Semcon. «Es una solución que genera una comprensión y una reacción en cualquier lugar en el que nos encontremos. Además, una sonrisa es un símbolo positivo que permite superar miedos y genera confianza. En todo caso, en nuestra opinión lo más importante de todo este tema es conseguir una solución y su correspondiente forma de comunicarla, que pueda ser compartida para evitar que haya tantas soluciones como fabricantes de automóviles».

Hablando de marcas de automóviles, es curioso que la solución para un problema tan importante como este no haya surgido de las propias empresas fabricantes y haya tenido que ser detectada y desarrollada por una empresa externa.

«Bueno, en realidad sí que hay algunas marcas de automóviles que están investigando en este área, pero el verdadero desarrollo de soluciones que aborden la forma de interactuar entre los coches autónomos y los peatones o el entorno se producirá cuando esos vehículos comiencen realmente a circular por las ciudades».

A pesar de que el coche sonriente no es más que un primer paso en este nuevo universo por ahora casi desconocido del coche autónomo, para Karin Eklund es imprescindible «poner el foco en este tipo de problemas. Sólo de esta forma seremos capaces de conseguir desarrollar un estándar que permita a estos nuevos coches comunicarse con su entorno. En nuestra opinión, nuestro concepto es una buena solución para ello, pero ahora falta trabajar codo con codo con los fabricantes para poder desarrollarlo, implementarlo y hacer que llegue aún más lejos».

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