Nunca dejes que un mal sonido te arruíne una buena historia

Denis Baxter: “Las personas tenemos un recuerdo enraizado sobre ciertos sonidos. Si ese sonido no se satisface, nuestra mente sabe que algo está mal”

Denis Baxter es un artesano del sonido. Este estadounidense de 59 años lleva desde las olimpiadas de Barcelona 92 dirigiendo la infraestructura acústica de todos los eventos deportivos que se retransmiten por televisión en los juegos.

Suyo es el cometido de capturar el paisaje sonoro que deja cada atleta, los suspiros de emoción del deportista, el crujido de los aparatos de la gimnasia, la respiración del corredor, los chillidos del participante en un momento clave del evento y el estallido de emoción del público. Fragmentos que el espectador espera y exige escuchar.

Llevar estos sonidos a los hogares requiere una preparación meticulosa y en casos extremos la instalación de centenares de micrófonos para no dejar que se escape ningún detalle. En el caso de las Olimpiadas de Londres, por ejemplo, se emplearon más de 4.000 micrófonos. En la carrera de Bobsleigh, en las Olimpiadas invernales de Salt Lake City Baxter, recurrió a 280 posicionados estratégicamente en cada curva y recta.

El compromiso con el espectáculo es tal que hay eventos en el que el estadounidense utiliza sonidos pre-grabados para lograr el efecto sonoro que, según él, los telespectadores esperan.

Recurrir a estas fórmulas se hace necesario en eventos que presentan muchos obstáculos para capturar la acústica. En Atlanta 96, el ingeniero se encontró que en la carrera de remo se hacía muy difícil registrarla por que tenía que competir con el sonido envolvente de los helicópteros y barcos que se empleaban para capturar las imágenes para televisión.

Unas horas antes del comienzo del evento, el estadounidense salió en un barco con su equipo con un par de remeros y pregrabó sonidos típicos de este deporte. Con ellos creó samples que acabó metiendo en partes clave de la carrera para generar más realismo (aunque paradójicamente estaba manipulando esa realidad).

Esta y otras historias se pueden escuchar en el documental radiofónico de la BBC, Sound of Sport, presentado en el año 2011. Una pieza extraordinaria que explora este arte poco reconocido que ha transformado la experiencia de ver deporte por televisión.

En el caso de Baxter, su formación autodidacta como ingeniero de sonido en un estudio de grabación para grupos de música ha influenciado la manera en la que trabaja el sonido. “Trasladé mucho de lo aprendido allí y la forma en que se trata la música a las retransmisiones deportivas”, explica en el documental de casi una hora. De este oficio importó técnicas como poner el micrófono muy cercano a donde se genera la acción y la utilización de dispositivos que antes se usaban solo para registrar orquestas.

El dominio sonoro de las vuvuzelas en el mundial de Sudáfrica fue la primera vez que los telespectadores en masa empezaron a notar la importancia de este trabajo. Estos artefactos imposibilitaron en muchos casos la correcta apreciación de elementos que el público se había acostumbrado a escuchar en los partidos de fútbol.

El cine irrumpe en el deporte

El grabado sonoro del deporte profesional se ha alimentado mucho en los últimos años del cine y los videojuegos que son los que siempre han recurrido a situaciones artificiales para recrear estos efectos. “Los canales de televisión han estado escuchando lo que hemos hecho y han empleado nuestras técnicas para sus emisiones. Cuando escuchas un partido de béisbol ahora comparado con hace 10 años, escuchas el movimiento del bate con el viento, el movimiento del brazo del pitcher cuando tira la pelota y el contacto de la bola con el guante porque tienen micrófonos instalados muy cerca para capturar esos sonidos”, según Gordon Durity, de la productora de videojuegos Electronic Arts.

En 2008, el certamen de cine británico Bafta galardonó a los responsables del sonido de Wimbledon con un reconocimiento por su trabajo ese año en el torneo de tenis. Una confirmación de la creciente relación entre las dos industrias. “El silencio repentino del público, la atmósfera, el bote de la pelota son todos elementos que intento meter en el hogar. Hay gente que me ha comentado incluso que le gustaría poder ver los partidos sin comentaristas, solo escuchando el sonido que producimos”, dijo Bill Wiston, responsable de sonido del evento, en el documental.

En 1948, por primera vez, las olimpiadas se retransmitieron por televisión. Como demuestra este fragmento de una emisión de la época, el sonido estaba completamente dominado por el comentarista. La atmósfera del evento apenas se podía apreciar.

Personajes invisibles, como Baxter, son los responsables de que los eventos deportivos por televisión suenen como suenan hoy en día. Para conseguirlo están dispuestos a cualquier cosa, aunque signifique distorsionar la realidad.

Fuente: 99 Percent Invisible- The Sound of Sport
Más información del autor del documental: Peregrine Andrews on the Sound of Sport

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