Startup Campus: emprender mucho antes de los 30

Elur y OX Motorcycles son dos buenos ejemplos del vuelo que ha adquirido el emprendimiento joven en tiempo de pandemia. Es también una muestra representativa del tipo de proyectos que Startup Campus ha decidido apoyar
4 de noviembre de 2020
4 de noviembre de 2020
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La historia lleva siglos escribiéndose de la misma manera. La generación que ostenta la hegemonía se queja de que los jóvenes que llegan detrás lo tienen demasiado fácil, que no saben lo que es el sacrificio y que «en mis tiempos, no habrías durado un santiamén».

Lo cierto es que los jóvenes de ahora forma la primer generación del último medio siglo que vivirá peor que sus padres. Algunos de ellos han decidido no resignarse, hacer oídos sordos a los escépticos y remar a pesar de las crisis económicas o pandemias que se pongan por delante.

Startup Campus, la organización de fomento y apoyo al emprendimiento joven de Bizkaia, es un grato ejemplo del ímpetu con el que muchos emprendedores menores de 30 años están tratando de redibujar la escena de la innovación y replantear el futuro de las empresas. Sus #BBSC Awards son un escaparate de ideas excelentes. Es el caso de Jon Barredo, su amor por la montaña y Elur, un producto destinado a hacer de la experiencia montañera un espacio lo más seguro posible.

Elur: tecnología accesible con la misión de salvar vidas

Cuando la tierra comenzó a temblar en Nepal en 2015, Jon Barredo y dos de sus mejores amigos comenzaron a pensar en cómo mejorar la seguridad y el salvamento en la montaña. El suceso les impactó porque son enamorados de la montaña. Sus inicios en el emprendimiento llegaron, de hecho, desde las alturas, ya que comenzaron organizando viajes de esquí y carreras de montaña para poder costear sus propias experiencias.

La idea fue evolucionando a ambiciones más complejas hasta que nació Elur. Se trata de un dispositivo de rescate en montaña capaz de cubrir el rescate de un víctima sepultada en larga distancia –han llegado a emitir señales desde 6.000 metros de altura en el K2 y San Francisco–.También puede ayudar a una persona herida o perdida en la naturaleza gracias al uso de drones.

A Jon Barredo fue precisamente la montaña la que le inculcó los valores de emprendimiento. «La pasión por la montaña, ese sentimiento de compañerismo y sus valores es lo que creo que me ha llevado a pelear para emprender, a aguantar en esta carrera, a trata de superar los límites», explica.

Y a sortear los obstáculos, comenzando por el más grande. «El obstáculo más grande es la búsqueda de financiación. A base de ayudas públicas pudimos ir dando pequeños pasos. Llegados a un punto, necesitábamos una inversión importante para resolver el interior del dispositivo. Después de seis meses cerramos la ronda de financiación, justo antes de la cuarentena de la primavera de 2020», cuenta el emprendedor.

Elur está en fase de lanzamiento y ya ha sido testado por diversas entidades como el Grupo de Rescate e Intervención en Montaña, la Ertzaintza y la DYA, en situaciones extremas con pruebas en el K-2, de Pakistán, o en el volcán San Francisco, de Argentina.

Para Jon Barredo, es importante que la creatividad sea el vehículo motriz hasta la iniciativa emprendedora. Y si por él fuera, comenzaría a cimentar replanteando el sistema educativo que, opina, «está orientado a no emprender, a otro tipo de necesidades en el mundo de la empresa».

Barredo explica que «no se potencia la creatividad o el pensar diferente porque puede que genere riesgos contra lo establecido. Debemos potenciar la creatividad desde que nacemos, que los programas sean más flexibles, debemos dar más importancia a la parte gráfica, a la música o cualquier cosa que potencie la rama creativa porque de las personas más creativas salen las mejores soluciones».

OX Motorcycles: movilidad eléctrica y estéticamente deslumbrante

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Valeria Valverde se marchó de su Costa Rica natal con 19 años. A esa edad, tenía muy claro que su futuro no iba a discurrir exactamente por lo que su formación marcó hasta ese momento. «Me saqué un título de Técnico Superior en Electromecánica mientras estudiaba en el colegio y un diploma en Diseño y fabricación digital. Después de varios años haciendo proyectos de innovación y tecnología, de asistir a muchísimas ferias de startups y eventos de emprendimiento, me di cuenta que lo mío no era el camino de la ingeniería sino el de los negocios con sentido, el de crear iniciativas que aportasen al mundo», explica.

Desde hace dos años, sus anhelos está ocupados por OX Motorcycles, un proyecto de movilidad eléctrica que comenzó en 2018 en Seattle junto a Adrián González y Martin Fernández. «Vimos una revolución en la movilidad eléctrica y una crisis climática latente, apostamos por ser creadores y artífices de ese cambio en la manera de hacer empresas y en crear productos que aporten valor»

OX, que fue también una startup premiada con un #BBSC Award de Startup Campus, tiene como objetivo en palabras de Valverde, «crear una moto icónica, eléctrica e inteligente para los ciudadanos y las ciudades del futuro».

Lo que ha creado OX es una serie de motos eléctricas de aire retro, muy en la onda de las motos café racer y con tecnologías propias del siglo que vivimos.

Valeria Valverde explica que, como podía suponerse, «el mayor obstáculo ha sido levantar inversión, siendo un equipo joven. Sin embargo, hemos demostrado que el mercado está listo para motocicletas eléctricas e inteligentes. Hemos levantado la ronda de financiación con éxito en
plena crisis sanitaria. Entendemos que los nuevos métodos de consumo
permiten abrir un nuevo mundo de compra de vehículos por internet, aún
siendo una marca nueva», explica.

ox

La cofundadora de OX Motorcycles reivindica la capacidad constante de reinvención de la nueva generación de jóvenes emprendedores. «Debemos ser conscientes de que esta acelerada transformación planetaria implica aptitudes y actitudes que se refuerzan con el emprendimiento, con el coraje de manejar la incertidumbre y, sobre todo, de buscar maneras de hacer mejor la cosas».

Además, Valverde hace un alegato radical en favor de una visión global y compartida del mundo. «Siento que una clave es la unión intergeneracional y multicultural, personas con más experiencia y personas con mucha energía unida. Podemos hacer grandes cosas. Y cuando hablo de multicultura, es porque en un mundo tan globalizado, tener diferentes perspectivas sobre la mesa es necesario. Tener una observación
holística y diversa para enfrentar los retos puede definir el
futuro del emprendimiento que se esté gestando».

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