Los versos sueltos del Washington Post

17 de octubre de 2018
17 de octubre de 2018
1 min de lectura

La prensa discute modelo hace años,
se trata de cosechar mínimos daños.

¿De qué manera contamos ahora la historia?
¿Podrán darle vueltas como a una noria?

Un gran medio se puso un reto en primavera.
Cambiar narrativas sin dejar nada fuera.

«¿Cuán creativos podemos llegar a ser?».
Esa pregunta es la que han ido a responder.

El proyecto es idea del Washington Post.
El primero al que llamaron fue a Ben Folds.

¿Cómo? ¿Un músico en un medio de comunicación?
¡El tío vendió un reportaje en forma de canción!

El Post propone más nuevos formatos,
entre ellos, una obra de teatro en tres actos.

Todos tratan de renovar algo el periodismo.
Que no tengas sensación de leer siempre lo mismo.

Una novela gráfica, un juego de mesa y tres poemas.
El periodismo se expresa a través de un nuevo sistema.

Más allá de formatos, han querido mantener el rigor,
comprobar los hechos y tratar con respeto al lector.

No esperabas crónicas en poemas o canciones,
pero hay que probar de todo y escuchar las opiniones.

¿Te gusta lo que propone el Washington Post?
¿Es un cambio capaz de renovar nuestra voz?

Hemos tratado de replicar el intrépido experimento.
Esperamos no haber sembrado en ti el descontento.

Nos hemos pasado el ridículo por el forro
y hemos escrito este artículo con todo el morro.

1 Comment ¿Qué opinas?

  1. Como lector y plagiador de poetas de verdad opino que con la práctica y alguna herramienta se aprende a escribir en rimas y patrones músicables o cantables de forma razonablemente efectiva, como en todo en la vida. Nunca es tarde para ejecutar ideas nuevas, ambiciosas y con sentido: adaptarse, evolucionar, innovar, crear tendencia, liderar y mejorar al Washington post para sobrevivir a la crisis, o otros lo haràn. Escribir crónicas en versos, o rimas cantadas con acordes de guitarra es divertido de cojones para lector y escritor, y un reto para el que lo intenta. También un curro adicional de narices: menos productividad a cambio de contenidos de más calidad a futuro (y el nivel ha subido mucho en 5 años que os leo) , exclusivos, viralizables, atractivos, multiplataforma tecnológica, transgresores (como corresponde a cualquier revista cultural que se precie) y diferenciales. Ya no queremos sólo leer historias, esto es gratis y lo hace todo el mundo (aunque no todo el periodismo es riguroso y mucho es manipulador y tóxico) . Queremos oler las historias y las crónicas, escucharlas, recitarlas, cantarlas, palparlas, rapearlas, saborearlas, memorizarlas, tararearlas, visualizarlas y sentirlas. Ademàs tanto los IoT asistentes personales de voz (smart speakers) como los robots en nube personales asistenciales, sociales, empàticos e inteligentes necesitan contenidos similares, así que los tiempos os serían favorables, viento en popa a toda vela, si pensáis a largo plazo como Netflix, Spotify, Google y otros que han cambiado las reglas obsoletas de siempre. No obstante ignoro como os pagarán el sueldo de generación de contenidos en distintos continentes multisensoriales o contratar a los profesionales de eso, por lo que yo aconsejaría ir pensando en políticas de subscripciones tal vez sin publicidad también en lo no papel, si bien la vuestra no es especialmente intrusiva. O una ampliación de smart capital para músculo financiero y que todo sea gratis mientras maduramos. O a pulmón y a romperse los sesos para ser más creativos. En el peor de los escenarios sereis los segundos en aprender de los errores y aprendereis a rapear, cosa que todo humano debería aprender. Con el tiempo los contenidos creativos ya los crearán las máquinas (IMHO es de mucho narcisismo y estupidez pensar que no somos máquinas orgánicas y que solo los humanos o dios son creativos)

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