En 1998 nació una idea de microdonaciones en equipo para que los empleados de una compañía pudieran financiar proyectos sociales aportando, cada mes, un euro de su nómina. Trece años más tarde, 1.000 empresas (500 españolas y otras 500 de otros 39 países) ofrecen a su plantilla la posibilidad de votar una causa y hacer donaciones en grupo mediante esta plataforma que no deja por el camino un céntimo para nadie. Ni fundadores, ni plataforma, ni entidad bancaria. Los más de 200.000 euros que se recaudan cada mes llegan de forma íntegra a su destino. La iniciativa funcionó y, por eso, hoy da un paso más. Teaming acaba de publicar en beta una red social en la que cualquier persona puede crear un grupo para financiar una causa.
Qué es Teaming
“No es una ONG, ni una empresa, ni tiene número de cuenta”, explica Iván Lorca, responsable de Teaming Spain, junto a su fundador, Jil Van Eyle. Es «una idea solidaria que nació de una historia del amor de un padre por su hija”.
El funcionamiento
En sus orígenes Teaming iba destinada solo a empresas. Una compañía se adscribe a este programa y todos los empleados que quieren participar votan una causa. Del sueldo de cada uno de los participantes sale un euro cada mes. El teaming manager hace la donación a la ONG, fundación o institución que los empleados han escogido.
En el caso de la red social el funcionamiento es muy similar. Una persona crea un grupo al que se pueden ir sumando participantes que quieran colaborar en esa iniciativa. Los miembros dan su autorización a Banca Cívica para que cada mes tome un euro de su cuenta corriente y la destine a ese proyecto. Al cabo de unos meses, el teaming manager hace una transferencia a la organización que desarrolla ese proyecto.
La incorporación de la red social sitúa la previsión de cifras en unos 100 millones de usuarios entre los próximos 3 y 5 años, indica Lorca. Hoy se lanza en España, y en los próximos meses se publicará en EEUU. Después vendrán América Latina, Europa y Asia.
La credibilidad
Todos los miembros de un grupo reciben una copia de la transferencia que el team manager ha hecho. Pueden ver la cantidad, cuándo la realiza y el destinatario. En la actualidad las donaciones se hacen mediante cuenta bancaria y en breve se realizará también mediante tarjeta de crédito y PayPal.
Cómo se financia
La idea de partida es que “todo el dinero llegue íntegramente”, explica Lorca. Eso significa que todas las personas y empresas que hacen posible el funcionamiento de la fundación no reciben ninguna remuneración por ello.
La aportación inicial del proyecto vino de su fundador. Llegó después la colaboración de Grupo Intercom, Everis y Banca Cívica, y fue entonces cuando se creó la plataforma para Teaming Online. El trabajo conjunto sacó adelante la fundación sin que nadie recibiera compensación económica hasta que un día varias empresas que hacían Teaming preguntaron a Van Eyle cómo podía desarrollar esta labor sin cobrar nada a cambio. Hasta entonces era posible porque combinaba su trabajo altruista para Teaming con un trabajo remunerado. Pero estas empresas les sugirieron una nueva fórmula: el patrocinio.
El mecenazgo podía dar suficiente dinero como para recibir un sueldo y dedicarse por completo a la fundación. Así lo hicieron y hoy Google, Orange, Mango, DKV, Gaez, Port Aventura o Laboratorios Esteve, entre otros, participan en la financiación de Teaming.
¿Qué tipo de causas se apoyan generalmente?
Dice Lorca que las personas que hacen estas microdonaciones suelen preferir ONG y fundaciones pequeñas o medianas a grandes instituciones. La cercanía y la confianza se han convertido en requisitos indispensables para los donantes. “Nosotros nunca proponemos ningún proyecto. Dejamos libertad total a las personas que financian. Queremos que sea lo más libre posible”, especifica el responsable de Teaming.
La historia
El nacimiento de Teaming se produjo unos días después del nacimiento de una niña. Mónica llegó al mundo con hidrocefalia en octubre de 1998 y eso dinamitó el pensamiento previo de su padre. El holandés afincado en Barcelona Jil Van Eyle era hasta entonces, como él mismo se define en el vídeo de presentación de Teaming, “el típico ejecutivo agresivo que pensaba que la felicidad era tener dinero y un coche rápido”.
Su meta era tener un porsche antes de los 30 años. A los 28 lo consiguió. Había aprendido de una familia rica que el dinero es el principio y el fin de todo. Ya tenía el porsche en el garaje pero un día perdió su empresa. Su mujer se quedó embarazada y nació una niña con una enfermedad.
“¿Por qué me pasa esto a mí”, se preguntó. Pero la respuesta no llegó nunca. Entonces se dio cuenta de que la cuestión estaba mal formulada y la cambió por: “¿Para qué me ocurre esto a mí?”. La contestación llegó: “Para favorecer a otras personas”.
“Hasta que nació Mónica nunca había pensado en ayudar a los demás”, asegura. Pero vio al personal sanitario cuidar a su hija con una dedicación y un cariño impagables… Todos trabajaban por algo más que dinero. “Empecé a admirar a muchas personas. A médicos, enfermeras… por el trabajo que hacían. Algo me decía que quería ser como ellos. Veía a gente trabajar con pasión, con corazón y una actitud que nunca había visto”.
De ahí surgió la idea de ayudar a los demás. El no era médico. Era economista y eso era lo mejor que podía hacer. Decidió gestionar recursos para contribuir a la mejora de otras personas.
En 1999 empezó a visitar empresas para pedirle ayuda económica que destinaría a causas sociales. Pero al poco se dio cuenta de que resultaba más efectivo pedir formar grupos de trabajo para que los empleados hicieran microdonaciones que pedir grandes sumas de dinero a una compañía.
En la actualidad, entre las 1.000 empresas que se han acogido al proyecto Teaming, están Ikea, Danone, Seat o Port Aventura. “Nuestra idea, con la incorporación de la nueva red social, es crear el equipo más grande del mundo”, sostiene Lorca. “Lo importante es que la gente se ayude entre ella. Sin intermediaciones y sin que nadie se quede con ninguna suma de dinero por medio”.