No suele ser necesario separar a los turistas de los habitantes de las ciudades. Si bien los primeros son/somos seres molestos y desagradables a la vista, también son/somos criaturas de Dios que merecen, al menos, ser tenidas en consideración. Además, resulta fácil diferencias a un grupo del otro. Sin embargo, para facilitar las cosas, Improv Everywhere creó en su última ‘misión’ en Nueva York dos itinerarios separados para turistas por un lado y neoyorquinos por otro.
El objetivo que se proponían los miembros de Improv Everywhere con esta The Tourist Lane era claro: facilitar las cosas a ambos colectivos. Trazaron una larga línea blanca y desviaron hacia uno de los lados a los despistados visitantes de la ciudad y por el otro a sus ciudadanos. De esta manera, los primeros podían deambular, tomar fotos, ser engañados, etc. y los neoyorquinos, por el otro carril, podrían circular como alma que lleva el diablo.
La acción mantuvo a los especiales ‘agentes de movilidad’ de Improv Everywhere en el escenario durante una hora sin ningún problema con la autoridad. Cuatro días después de que terminaran en experimento, agentes de circulación de la ciudad, esta vez reales, eliminaron todo rastro remanente de la ‘misión’.
Actualización: A la acción le han salido imitadores en Barcelona (vía La Vanguardia).
Fotos: Improv Everywhere
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Y el que va por encima de la delgada linea blanca?
Una de las de NY es mezclarse con los auténticos newyorkers. Es verdad que los turistas en cierto modo pueden ser molestos pero NY vive de ellos en muchísimos aspectos. Sinceramente no entiendo la acción.
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