Un case study en formato cuento

No hay campaña de éxito que no cuente con su correspondiente case study. La cosa se complica cuando los buenos resultados no se miden en GRP ni en el número de impresiones, y lo que aumenta a raíz de ella no son las ventas de un determinado producto sino los años de vida de una niña. Hace dos años, Nadia Nerea, que ahora tiene 8, consiguió que la rara enfermedad que padece le diera una tregua. No lo hizo sola y ahora toda la gente que participó en aquella exitosa campaña aparece en Alas de mariposa, un cuento que es, a su vez, un case study.

En él, la niña cuenta cómo una amiga de su padre, la Señora A, al conocer que Nadia necesitaba urgentemente dinero para financiar una operación que frenara el avance de su enfermedad (Tricotiodistrofia, enfermedad degenerativa de la que solo se conocen 24 casos en el mundo), contactó con el Señor B que, a su vez, decidió consultar con ‘el Pensador’.
A este se le ocurrió que, ya que las navidades estaban a la vuelta de la esquina, Nadia podría aprovechar para pedir el aguinaldo. Pero para eso no tendría que cantar villancicos. De cantar, y no precisamente un villancico, se encargarían músicos profesionales como Russian Red, Alejo Estivel, Coque Malla, Mala Rodríguez, Maldita Nerea, Pau Donés…

Como, además de músicos, el pensador también tenía amigos periodistas, la noticia del aguinaldo de Nadie Nerea se hizo muy popular. Tanto como para lograr que mucha gente conociera su historia y donasen el dinero que la niña necesitaba para alargar su vida unos años más mientras los científicos siguen investigando su posible cura.
Pero el pensador siguió a lo suyo, pensando. Y por eso decidió que todo aquel ‘efecto mariposa’ ocurrido en 2012 se materializase en un cuento escrito en primera persona por Nadia Nerea (con la mediación de la cuentista Marisa López Soria) e ilustrado por Javier Mariscal.

«Alas de Mariposa no es un libro, es mucho mas que eso. Es una batalla peleada y ganada, es querer que las cosas ocurran, es querer entender que una vida, una sola vida, merezca todo nuestro empeño, toda nuestra capacidad, y que como bien dice Marisa en su relato, el efecto de cada uno de nosotros sobre los demás tiene enormes consecuencias», cuenta Jorge Martínez, el Pensador.
El publicista reconoce que lo que le hizo implicarse de lleno con la causa fue su hija, Ángela, de la misma edad de Nadia Nerea. «También soy padre de un niño, Leo… Ponerme en la piel de Fernando, el padre de Nadia Nerea, fue sencillo»
Además de la satisfacción de haber contribuido a costear las operaciones de la niña, Jorge reconoce que el trabajo realizado en esta acción le ha ayudado mucho en su entorno familiar. De hecho, la idea del cuento surge un poco de cierta necesidad de explicar a su hija su trabajo:
«Siempre me costó explicar a mi hija Ángela aquello a lo que me dedico, aquello en lo que empleo tanta energía y pasión. Para ella, soy un viajero, alguien que hace pastillas mágicas para ayudar a la gente. No es una mala definición para un padre, pero quería que ella entendiera mejor, y de paso, continuar la ayuda a Nadia y a otros tantos niños aquejados con su extraña enfermedad. Explicar a la gente que las ideas son una fuerza poderosísima, y que juntos somos mas, mucho más».
Para Jorge esta no es la campaña más mediática ni la más importante de su carrera, pero tiene claro que es la más especial. «Por su valor simbólico, por lo que tiene de enseñanza para nosotros mismos y porque es en las cosas pequeñas donde reside la belleza de una vida que es maravillosa y cruel al mismo tiempo, esa estrofa de la que nos habló el poeta Whitman, una forma de no permitir que la vida nos pase sin ser vivida».