Eso de ahí arriba no es una conserva. O no solamente. Es una invitación de boda. Eva y Juanjo son los implicados pero la invitación al evento es cosa de Molaría. La agencia considera que «las invitaciones de boda aburren a un cura. ¿De quién será la culpa?».
La propuesta de la agencia de regalar un paté de perdices va contra el aburrimiento. En su web cuentan que en Molaría piensan que «es pecado invitar en verjurado y en cursiva y decidimos crear, para esta pareja de novios tan tan chachi, una invitación que fuera emocionante como la llegada de la novia, romántica como el vals, inesperada como el saludo de un familiar que no te habla y memorable como un dolor de pies».
Una invitación de boda en conserva

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