WTF Bank: el banco simulado de los más ricos del mundo

20 de octubre de 2015
20 de octubre de 2015
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En unos meses el 1% de los habitantes de la Tierra será más rico que el 99% restante. Una ridícula minoría de millonarios acaparará más fortuna que la gran mayoría del planeta. Los ricos, además, son cada vez más ricos. En 2010, los 80 individuos más adinerados del mundo según la lista Forbes acumulaban una riqueza neta de 1,3 billones de dólares. En 2014, esa cifra se infló hasta los 1,9 billones de dólares.
Oxfam Intermón alertó al mundo con este dato un día antes de que se celebrara, el pasado enero, el Foro Económico de Davos. Está ONG quería demostrar el desequilibrio sangrante que se produce entre más de mil millones de personas que viven con menos de 1,25 dólares al día y los 70 millones de individuos que, juntos, tienen lo mismo que el 99% de los humanos que pueblan la Tierra.
En este ascenso meteórico de la riqueza, tres industrias han tomado la delantera. La de finanzas, la farmacéutico-sanitaria y la de seguros. Muchos de sus ejecutivos han henchido tanto sus salarios que el término ‘millonario’ les ha quedado escaso. Ahora, para expresar su fortuna con exactitud, hay que llamarlos ‘milmillonarios’ (los millonarios entre los millonarios).
Las cifras dan escalofríos. Pero parecen solo eso: cifras. Ese mundo, para la mayoría, resulta lejano. Estar en el montón del 99% hace difícil cruzarse con ellos. Están parapetados tras sus puertas blindadas, su seguridad privada y sus gafas de sol. No es fácil encontrarse con ellos pero puede ocurrir. Lo que realmente es complicado es ver su fortuna. El capital está guardado en lugares invisibles. Han levantado sus fortalezas dinerarias en computadoras, bits y la nube.
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[H]ace dos años El País Semanal encargó a Carlos Spottorno las imágenes de un reportaje sobre paraísos fiscales en Europa. El fotógrafo documental viajó hasta algunas de las cajas fuertes del continente y pasó algunos días merodeando por sus alrededores. Buscaba si no una imagen, al menos un momento que delatara esa burbuja de beneficios fiscales. «No era fácil mostrar los lugares donde se produce esta actividad. El grueso de los movimientos financieros está digitalizado», indica el reportero gráfico en un bar de Madrid. «Fui a varios países para ver si encontraba imágenes que lo hicieran visible y, a la vuelta, pensé que había que continuar este proyecto y convertirlo en un libro».
Ese libro, dos años después, acaba de salir de la imprenta. Está firmado por WTF Bank, un banco que no existe y que podría pasar por cualquier entidad financiera dirigida a los más poderosos. Sus páginas muestran imágenes de ese mundo del que se sospecha que mueve los caudales del 1%. Las imágenes y el lenguaje son tan pulcros y asépticos como los de sus catálogos publicitarios. Las fotografías proceden de los cientos de paseos que el premiado con dos World Press Photo ha dado en los últimos dos años por varias ciudades de Suiza, Inglaterra, Malta, Luxemburgo y San Marino. Los eslóganes copian frases reales de catálogos de HSBC, UBS, Lloyds Bank o la Banca y Caja del Estado de Luxemburgo. En ese reflejo de la realidad en blanco y negro se halla la crítica inteligente, elegante y sutil que hace Spottorno de este desequilibrio de la posesión.
«En Wealth Management hay mucho sugerido y poco dicho. El libro está basado en hechos reales. La historia montada después es ficción. No puedo garantizar que las cosas son realmente lo que parecen ser», explica. «Yo lo llamaría post-documentalismo. Es una recreación basada en hechos reales. Es un libro interpretativo, una recreación artística. Yo te doy los elementos y tú atas cabos».
El tomo de WTH Bank está impreso en blanco y negro para «enfatizar la idea de atemporalidad» y asociarlo al «buen gusto, lo clásico, la exquisitez y lo conservador», según Spottorno. No hay un solo brillo. La impresión es un mate lleno de matices que imita el acabado del fotograbado. En su intención un tanto mordaz de parecer un catálogo publicitario, algunas imágenes van acompañadas de enunciados que, entre líneas, dicen mucho más que sus palabras.

En realidad, tú nunca posees una fortuna.
Tan solo la proteges para la próxima generación
La diferencia entre ser escuchado y ser comprendido
Podemos hacer preguntas que no son fáciles de contestar

coche
[E]l libro de fotografías de WTH Bank empieza con un texto. Estas son las primeras líneas:

El 1% de la población posee más que el 99% restante.
Si estás leyendo esto es porque ya perteneces o puedes querer unirte al 1%.
No hay una señal más certera del éxito financiero que hacer que el dinero trabaje para ti en vez de tener que trabajar para hacer dinero.

Estas son las últimas:

En WTF Bank no nos adaptamos simplemente a las circunstancias. Determinamos las circunstancias.
Bienvenido a WTF Bank, donde tus intereses son nuestros.

«Escribir esta página me ha costado más que todo lo demás», indica el fotógrafo, que, por su anterior trabajo como director creativo, conoce bien las sutilezas y subterfugios del lenguaje publicitario. «El reto de este libro es hablar de estas desigualdades económicas de un modo que no resulte ofensivo. No quiero que estas personas se sientan insultadas. Pretendo que vean que hay algo de verdad en estas páginas. El insulto y el desprecio no sirven de nada. Ellos están blindados contra las pancartas. Es más útil y estimulante como comunicador intentar decir esto de un modo que se les cuele en los bolsillos».
Spottorno, además, decidió pixelar las caras de los individuos fotografiados para mantener su anonimato. Ahí, por supuesto, hay parte de respeto y, también, parte de resquemor. «Tenía que protegerme de posibles demandas», especifica. «El poder irradia miedo. Tanto es su poder que te autocensuras. Irradian temor. Tienen tanto dinero que les basta hacer una llamada de teléfono para desplumarte».
El fotógrafo empezó a pixelar los rostros porque no quería verse ante una multa despiadada pero, mientras hacía pruebas, descubrió que esa técnica reforzaba la imagen que quería dar sobre su visión de los más poderosos del mundo. «Esos píxeles refuerzan la idea de que son inaccesibles y se mueven en el anonimato. Además, así, parecen culpables». Pero hay algo más. Spottorno no tiene la certeza de que todos los que aparecen en sus fotografías se dediquen a la especulación, la evasión de impuestos y las actividades financieras más oscuras. No quiere acusar a quien nada tiene que ver con eso. «No es una investigación. Si hago una foto en un bar de la City de Londres, sospecho que son personas que trabajan allí, pero a lo mejor alguno es un profesor de flauta». Los únicos que aparecen sin pixelar son el presidente de la Comisión Europea, Jean Claud Junker; el primer ministro de Luxemburgo, Xavier Bettel; y el nuncio apostólico de San Marino, el monseñor Adriano Bernardini. Spottorno sí sabe quiénes son y sí conoce sus cargos.
Al final del libro aparecen las indicaciones del lugar donde se tomó la imagen, el nombre del personaje (solo si es público) y la compañía que lanzó los eslóganes que acompañan a algunas fotos. El catálogo de WTF Bank se entiende mejor mirando estos datos. Es un libro para ver con tiempo y dedicación. Una obra que, según Spottorno, puede despertar planteamientos como: «Si tantas empresas como Apple o Google tributaran en los países donde operan, en vez de en lugares con ventajas fiscales, habría mucho más dinero para sanidad y educación». Pero también cuestiones como: «Si tuviéramos la oportunidad de pertenecer a esta capa privilegiada de la sociedad, ¿alguno de nosotros estaría dispuesto a redistribuir su riqueza o simplemente se taparía la nariz y seguiría el juego?».
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En una calle de Ginebra:

Este hombre con guantes, puro y sombrero caminaba por una calle de Ginebra. Spottorno lo vio. Empezó a andar por aceras que les obligarían a cruzarse. El hombre se dio cuenta de que ya se había encontrado varias veces con un tipo con una cámara. Esas cosas se dicen con una sola mirada. El fotógrafo, al ver la dirección que llevaba, sabía que pasaría por delante de una tienda de arte. Le adelantó. Esperó ahí y, al pasar, tomó la foto. «Es un juego de gato y ratón. Yo le cazo para la imagen y él me caza haciéndole la fotografía. Se ve en su cara».
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En la frontera:

Por el control fronterizo de Chiasso, entre Italia y Suiza, pasan cada día miles de coches. Muchas personas introducen en el país helvético fajos de billetes en el límite de la ley. Tan solo unos euros menos de la cantidad permitida. Las autoridades saben que este lugar de paso es un coladero. La policía inspecciona algunos vehículos y, según contaron a Spottorno, saben que mientras están entretenidos porque han pillado a uno, otros siguen pasando con cantidades que, probablemente, hasta sean mucho mayores. El fotógrafo estuvo un día entero en Chiasso. Al caer la noche, pararon este lujoso automóvil. «Me parece muy significativo el gesto de la corbata», indica. En ese ademán hay algo de arrogancia y de la tranquilidad del que sabe que de eso se encargarán sus abogados. «Después de 11 horas, por fin tenía la foto. Después de eso, me fui».
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